No hacer daño, un principio que mucha gente asocia con la práctica médica, se ha convertido en un principio ético fundamental de la solidaridad global que el movimiento de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) ha generalizado desde su creación hace 20 años estos días, un 9 de julio de 2005.
Fuente: https://www.theguardian.com/commentisfree/2025/jul/11/bds-movement-palestine-freedom
El movimiento BDS cumple 20 años. Es un pilar esencial de la libertad palestina.
11 Jul 2025
El movimiento BDS es hoy un pilar esencial en la lucha por la libertad, la justicia y la igualdad palestinas
En medio de la fase más depravada del genocidio israelí, retransmitido en directo, contra 2,3 millones de palestinos en la Franja de Gaza ocupada ilegalmente, nuestro insoportable dolor nos impide celebrar el vigésimo aniversario del movimiento BDS. El Estado israelí, habilitado y envalentonado por la complicidad militar, financiera, política y discursiva descarada y aparentemente ilimitada de Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido, intenta normalizar lo fundamentalmente anormal y adormecer nuestras conciencias con su implacable salvajismo .
El Estado israelí, habilitado y envalentonado por la complicidad militar, financiera, política y discursiva descarada y aparentemente ilimitada de Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido, intenta normalizar lo fundamentalmente anormal y adormecer nuestras conciencias con su implacable salvajismo .
Considera que el ascenso al poder de sus aliados naturales, las fuerzas de extrema derecha, fascistas y autoritarias en Occidente y en otros lugares, le brinda la tan ansiada oportunidad de exterminar finalmente a los supervivientes de su continua Nakba, no de forma gradual, como lo ha venido haciendo durante décadas, sino de un sólo golpe. Al fin y al cabo, la eliminación de la gente nativa es una característica, y no un error, de la historia colonialista.
Sin embargo, nuestra ira, igualmente incontenible, nos impulsa a conmemorar esta ocasión con reflexión, crítica, una pizca de orgullo y mucha determinación para seguir adelante pase lo que pase, hasta que termine el genocidio y se desmantele definitivamente el régimen de opresión que lo ha engendrado.

Hacer balance de lo que hemos logrado colectivamente frente a lo que parecían obstáculos insuperables de difamación, intimidación y represión atroz, consiste en alimentar una esperanza realista para elevar nuestra moral colectiva. Se trata de descolonizar nuestras mentes ante los incesantes intentos de Israel y sus socios coloniales hegemónicos en Occidente de colonizarlas con impotencia y desaliento. También se trata de aprender de esta larga lucha las lecciones que nos ayudarán a iluminar nuestro camino restante hacia la libertad.
…nuestra ira, igualmente incontenible, nos impulsa a conmemorar esta ocasión con reflexión, crítica, una pizca de orgullo y mucha determinación para seguir adelante pase lo que pase, hasta que termine el genocidio y se desmantele definitivamente el régimen de opresión que lo ha engendrado.
Ya en 1923, el líder sionista Ze’ev Jabotinsky escribió con lúcida honestidad: «Todas las poblaciones nativas del mundo se resisten a los colonos mientras tengan la más mínima esperanza de librarse del peligro de ser colonizadas. […] La colonización sionista debe detenerse o bien continuar sin tener en cuenta a la población nativa. Lo que significa que solo puede continuar y desarrollarse bajo la protección de un poder independiente de la población nativa, detrás de un muro de hierro que la población nativa no puede traspasar».

Aparte de los muros concretos de hormigón y de alta tecnología que rodean los guetos palestinos, especialmente Gaza, Israel ha intentado incesantemente construir un «muro de hierro» en nuestras mentes, tratando de reducirnos a «animales humanos», aislarnos de nuestro entorno árabe natural y del resto del mundo, y grabar a fuego en nuestra conciencia, mediante una violencia sostenida e indescriptible, el imperativo de la sumisión a su poder indomable como si fuera el destino. Nacido en 2005 como un llamado posiblemente «demasiado ambicioso», inspirado en las luchas que pusieron fin al apartheid en Sudáfrica y a las leyes de Jim Crow en Estados Unidos, el BDS ha evolucionado hasta convertirse en un formidable antídoto contra esta desesperanza inducida y un faro de resistencia, resiliencia y regeneración.
Aparte de los muros concretos de hormigón y de alta tecnología que rodean los guetos palestinos, especialmente Gaza, Israel ha intentado incesantemente construir un «muro de hierro» en nuestras mentes
Hace dos décadas, la coalición palestina más amplia que jamás haya existido, con representación de palestinas y palestinos en el exilio, y también bajo ocupación y ciudadanía de segunda clase del actual Israel, hizo historia al lanzar el llamamiento al boicot, la desinversión y las sanciones (BDS), formando un movimiento solidario antirracista y no violento que el Israel impulsado por la energía nuclear considera una » amenaza existencial » para su régimen de colonialismo, apartheid, ocupación militar y ahora genocidio. Como escribe Naomi Klein , «la razón por la que Israel persigue el BDS con tanta ferocidad es la misma por la que tantas y tantos activistas han seguido creyendo en él a pesar de estos ataques multifacéticos. Porque puede funcionar».
Hace dos décadas, la coalición palestina más amplia que jamás haya existido, …., hizo historia al lanzar el llamamiento al boicot, la desinversión y las sanciones (BDS), formando un movimiento solidario antirracista y no violento que el Israel… considera una » amenaza existencial » para su régimen
Está funcionando . En Estados que experimentan un aumento del autoritarismo e incluso del fascismo, desde Estados Unidos hasta Alemania, desde el Reino Unido hasta Austria, el movimiento BDS se enfrenta a retos sin precedentes, desde una propaganda bien engrasada y una represión casi sin igual hasta la guerra jurídica, precisamente debido a su eficacia probada y su impacto ya irrefutable . Desde universidades que finalmente han cortado sus lazos académicos y/o financieros con Israel y sus universidades cómplices hasta el fondo soberano de Noruega -el mayor del mundo- que ha retirado sus inversiones de los bonos israelíes ; desde más de 7.000 escritores y editores que respaldan el boicot cultural a Israel hasta gobiernos del sur global, como Colombia , que promulgan sanciones comerciales y embargos militares reales o han denegado el acceso a sus puertos a barcos que transportan carga militar a Israel ; desde desempeñar un papel clave en la decisión de Intel de descartar una inversión de 25.000 millones de dólares en Israel hasta “cambiar el panorama comercial mundial de Israel”, como lo admitió el presidente del Instituto de Exportación de Israel, el movimiento BDS es hoy un pilar en la lucha por la libertad, la justicia y la igualdad para la población palestina.
Puede hasta “cambiar el panorama comercial mundial de Israel”, como lo admitió el presidente del Instituto de Exportación de Israel. El movimiento BDS es hoy un pilar en la lucha por la libertad, la justicia y la igualdad para la población palestina.tas
Con su enorme red global apoyada por sindicatos , coaliciones de agricultores , así como movimientos por la justicia racial , social, de género y climática , que en conjunto representan a decenas de millones, el movimiento BDS ha transformado radicalmente tanto la comprensión mundial de la cuestión de Palestina como esencialmente una lucha de liberación de un pueblo indígena contra el colonialismo de asentamiento como la ética de la solidaridad, estableciendo como requisito previo más profundo la obligación de poner fin a la complicidad, de no causar daño. Si “Palestina es realmente el centro del mundo” hoy, como dijo recientemente Angela Davis , el BDS se ha convertido no solo en el epicentro del movimiento global de solidaridad con Palestina y contra el apartheid, sino también en uno de los movimientos de justicia más influyentes y contagiosos del mundo.

Cuando millones de activistas de todo el mundo corean «Palestina nos libera a tod@s», reflejan este sentido de desafío empoderador, de decir la verdad al poder político y corporativo, de lo que llamamos » radicalismo estratégico «, que el movimiento de solidaridad con Palestina, y el BDS en su núcleo, ha inspirado entre diversos movimientos por la justicia en todo el mundo. Toda una generación joven que percibe con precisión Gaza no solo como un escenario de la destrucción de decenas de miles de vidas palestinas y una civilización de 4.000 años de antigüedad con una brutalidad e impunidad sin precedentes a manos del eje genocida estadounidense-israelí, sino también, al mismo tiempo, como emblemática de una era distópica en la que el poder hace la ley, lo que supone una amenaza para la humanidad en general tan fatal como la catástrofe climática.
…sus activistas reflejan este sentido de desafío empoderador, de decir la verdad al poder político y corporativo, de lo que llamamos » radicalismo estratégico «, que el movimiento de solidaridad con Palestina, y el BDS en su núcleo, ha inspirado entre diversos movimientos por la justicia en todo el mundo.
John Dugard, destacado jurista sudafricano y ex juez ad hoc de la Corte Internacional de Justicia, escribió hace años que «Palestina se ha convertido en la prueba de fuego de los derechos humanos». Hoy en día, Palestina es la causa esencial que anima de manera interseccional la indignación mundial ante un orden amañado, opresivo, colonial y profundamente racista en el que los oligarcas y grandes multinacionales tienen más poder que la mayoría de los Estados, y en el que el planeta y la mayoría mundial son sacrificados en el altar de la insaciable codicia y el ansia de aún más poder. En este sombrío panorama, el movimiento BDS está demostrando cómo ser a la vez ético y eficaz, radical y estratégico, puede generar el poder popular suficiente para hacer frente, mediante una presión sostenida, incluida la interrupción pacífica de la actividad habitual, a las corporaciones cómplices más enfangadas, a las administraciones universitarias fosilizadas y a las hipócritas maquinaciones occidentales, y ganar.
En este sombrío panorama, el movimiento BDS está demostrando cómo ser a la vez ético y eficaz, radical y estratégico, pudiendo generar el poder popular suficiente para hacer frente, mediante una presión sostenida, incluida la interrupción pacífica de la actividad habitual, a las corporaciones cómplices…
De hecho, BDS está siendo cada vez más reconocido como «no sólo un imperativo moral y un derecho constitucional y humano, sino también una obligación legal internacional», en palabras de Craig Mokhiber, un ex alto funcionario de derechos humanos de la ONU. Afirmando esto, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas publicó hace unos días un informe histórico de la relatora especial de la ONU sobre los derechos humanos en el territorio palestino ocupado, Francesca Albanese, que expone cómo las corporaciones cómplices «respaldan la doble lógica colonialista israelí de desplazamiento y sustitución destinada a despojar y borrar a la población palestina de sus tierras». El informe insta a «los sindicatos, la abogacía, la sociedad civil y la ciudadanía de a pie a presionar para que se apliquen boicots, desinversiones, sanciones, justicia para Palestina y rendición de cuentas a nivel internacional y nacional.
Francesca Albanese…expone cómo las corporaciones cómplices «respaldan la doble lógica colonialista israelí de desplazamiento y sustitución destinada a despojar y borrar a la población palestina de sus tierras»
En su emblemático libro Piel negra, máscaras blancas, Frantz Fanon escribe: «Si alguna vez se me planteó la cuestión de la solidaridad práctica con un pasado determinado, fue solo en la medida en que me comprometí conmigo mismo y con mi prójimo a luchar toda mi vida y con todas mis fuerzas para que nunca más un pueblo en la tierra fuera subyugado». Para luchar contra la subyugación, especialmente cuando el propio Estado o institución está implicado en ella, la obligación ética más profunda es poner fin a esta complicidad, no hacer daño. Nada más importa tanto.
- El autor de este artículo, Omar Barghouti, es cofundador del movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) por los derechos palestinos y co-receptor del Premio Gandhi por la Paz 2017
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Imagen destacada de esta entrada: El movimiento BDS ha transformado radicalmente la comprensión global de la cuestión de Palestina. Fotografía: Vuk Valcic/Zuma Press Wire/Shutterstock