Segunda entrega del capítulo 5 de «Porqué funciona la resistencia civil: la lógica estratégica del conflicto noviolento«, estudio de caso: «LA PRIMERA INTIFADA PALESTINA». Avisamos que esta división online del capítulo la realizamos en mambru.info para facilitar la lectura: no es la división académica del trabajo de Chenoweth y Stephan, sino que separa ésta, a su vez, en distintas partes, pero siempre respetando el orden y la integridad de sus distintos apartados originales. Puede leerse la primera parte aquí

El Liderazgo Nacional Unido del Levantamiento

Un mes después del lanzamiento de la intifada, las ramas clandestinas de las cuatro facciones principales de la OLP dentro de los territorios ocupados se unieron y formaron el Liderazgo Nacional Unido del Levantamiento (LNUL, Al-Qiyada al-Wataniya al-Muwahhada).[1] El LNUL era tanto el núcleo local de la resistencia organizada como el intermediario entre los líderes de los comités populares locales y la OLP en el exterior. El mando central del LNUL constaba de cuatro personas que representan a las principales facciones de la OLP. El contacto y la coordinación con la OLP tenían lugar a través de canales de comunicación de las facciones (Jarbawi 1990, 304). El liderazgo rotaba y los líderes del LNUL cambiaban frecuentemente de ubicación dentro de los territorios para evitar ser arrestados, deportados o asesinados.[2]

…coordinaron las campañas de la resistencia y señalaron las acciones específicas. Éstas incluían huelgas económicas, el boicot a los productos israelíes, la dimisión en la administración civil israelí, la protesta por el tratamiento de los presos políticos palestinos, y la promoción de la autosuficiencia agrícola

El LNUL mantuvo una presencia visible distribuyendo regularmente comunicados (nida’at) a lxs palestinxs dentro de los territorios ocupados. Estas hojas impresas numeradas, que aparecían en las esquinas de las calles de toda Cisjordania y Gaza aproximadamente cada dos semanas, coordinaron las campañas de la resistencia y señalaron las acciones específicas. Estas incluían huelgas económicas, el boicot a los productos israelíes, la dimisión en la administración civil israelí, la protesta por el tratamiento de los presos políticos palestinos, y la promoción de la autosuficiencia agrícola (Bennis 1990, 22). Durante los primeros meses de la intifada, un palestino dijo, “las hojas se seguían al pie de la letra por parte de todos en Cisjordania y Gaza -eran como un texto sagrado.”[3]

Lxs participantes de la Intifada luego dijeron a quienes les entrevistaban que consideraban que los métodos noviolentos les habían llevado a sus mayores éxitos, y expresaron su falta de voluntad para abandonar los métodos noviolentos como recomendaba la directiva.

El LNUL hizo explícita su relación directa con la OLP en Túnez en la tercera impresión, que apareció el 18 de enero de 1988. Todos las hojas siguientes decían: “Emitido por la OLP/LNU del Levantamiento.”[4] Aunque los líderes de las cuatro facciones de la OLP se reunían para discutir y decidir sobre el contenido de las hojas, cada facción y su liderazgo era responsable de escribir y distribuir sus propios comunicados. Las diferencias entre facciones llevaron a diferencias tácticas y la emisión ocasional de hojas completamente diferentes. La OLP en Túnez y los líderes palestinos locales no siempre estuvieron de acuerdo; un área de desacuerdo tenía que ver con el uso de la violencia. Aunque la OLP distribuyó una hoja llamando a la muerte de un israelí por cada palestino asesinado, las bases no respondieron así. Lxs participantes de la Intifada luego dijeron a quienes les entrevistaban que consideraban que los métodos noviolentos les habían llevado a sus mayores éxitos, y expresaron su falta de voluntad para abandonar los métodos noviolentos como recomendaba la directiva (Grant 1990).

El Partido Comunista se distinguió en que sus lideres subrayaron la necesidad de la disciplina noviolenta al enfrentarse a las fuerzas israelíes.

El PCP (Partido Comunista de Palestina, N.T.) se distinguió en que sus lideres subrayaron la necesidad de la disciplina noviolenta al enfrentarse a las fuerzas israelíes. Políticamente, el PCP insistió desde el comienzo mismo en el reconocimiento del estado de Israel dentro de sus fronteras de 1967 -la única facción de la OLP en hacerlo. El PCP abogó por una escalada progresiva de la intifada, se distanció del terrorismo y subrayó la importancia del desarrollo local y la movilización de masas. Como única facción política palestina cuyo liderazgo central estaba ubicado dentro de los territorios ocupados, el PCP ideó el modelo de los comités populares durante la década de 1970 en forma de comités de trabajo voluntario. Según Husain Barghouti, “La simplicidad, la eficiencia, la flexibilidad, la democracia y el liderazgo difuso de los CTVs han sido fuentes de inspiración en la formación de los comités populares del levantamiento” (Barghouti 1990, 108). Los analistas israelíes parecían estar de acuerdo:

Más que cualquier otra organización en los territorios, el Partido Comunista se desplegó para una acción rápida. Las órdenes eran llevadas a cabo de manera eficiente. Se animó a los activistas a manifestarse (sin máscaras) pero no a llamar la atención sobre sí mismos o sobrepasar la línea entre manifestaciones y violencia. Sobre todo, se les dijo que ayudaran a establecer comités locales para guiar a la población durante la agitación. (Schiff y Ya’ari 1989, 200)

El PCP no fue, sin embargo, una de las organizaciones de resistencia históricas de la diáspora y no se unió a la OLP hasta 1974. Su ideología comunista le alejaba de muchxs palestinxs, en particular de lxs musulmanxs devotxs.

…animó a los activistas a manifestarse (sin máscaras) pero no a llamar la atención sobre sí mismos o sobrepasar la línea entre manifestaciones y violencia. Sobre todo, se les dijo que ayudaran a establecer comités locales para guiar a la población durante la agitación

Las autoridades israelíes impusieron toques de queda y arrestaron sistemáticamente a personas influyentes del LNUL y líderes de comités populares, ilegalizaron centros de investigación, prohibieron periódicos en idioma árabe y cerraron organizaciones benéficas. La Autoridad Civil Israelí destruyó la mayoría de los proyectos e infraestructuras creadas por los comités populares e hizo que organizarse legalmente fuera casi imposible (Rigby 1991, 32).

La ciudadanía palestina de Israel reacciona

Lxs ciudadanxs árabes de Israel, una población marginada de palestinxs que se convirtieron en ciudadanxs de Israel después de la guerra de 1948, simpatizaron con lxs palestinxs dentro de los territorios ocupados, pero temían las repercusiones de la participación en el levantamiento.[5] Después de estallar la intifada, lxs árabes israelíes organizaron grupos de apoyo para enviar alimentos y medicinas a los territorios. Poco a poco realizaron mítines de protesta, incluyendo una marcha masiva del «día de la paz» en diciembre de 1987 para expresar solidaridad con la intifada. Otras manifestaciones con decenas de miles de árabe-israelíes se llevaron a cabo en Haifa y Nazaret. Recaudaron fondos, donaron sangre y realizaron campañas diseñadas para dar a conocer la difícil situación de la población palestina que vivía en los campamentos y aldeas sitiados (Schiff y Ya’ari 1989, 171). Se publicaron impresos en secreto en tiendas dentro de Jerusalén Este y algunos ciudadanos palestinos de Israel abrieron sus cuentas bancarias a la OLP.

Poco a poco realizaron mítines de protesta, incluyendo una marcha masiva del «día de la paz» en diciembre de 1987 para expresar solidaridad con la intifada. Otras manifestaciones con decenas de miles de árabe-israelíes se llevaron a cabo en Haifa y Nazaret.

Al gobierno israelí le preocupaba que la intifada se extendiera dentro del mismo Israel, incluyendo la coordinación entre lxs palestinxs dentro de los territorios ocupados y la ciudadanía palestina de Israel. El incidente frustrado del Barco del Retorno(Al-Awda) reflejó este temor israelí. En febrero de 1988, la OLP encargó a un barco, el Sol Phryne, que trasladara a 130 palestinos que habían sido deportados desde 1948 desde Chipre a Haifa. La campaña estaba destinada a concienciar internacionalmente sobre la difícil situación de lxs deportadxs palestinxs, particularmente después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara una resolución en enero de 1988 pidiendo a Israel que rescindiera su decisión de deportar a la población palestina, algo que Estados Unidos apoyó (Kagian 1988).

Los palestinos a bordo del barco, incluidos destacados alcaldes palestinos, presidentes de universidades y otros líderes locales fueron acompañados en la campaña por trescientos miembros del personal de los medios de comunicación y doscientos invitados destacados, que incluían a miembros de la comunidad judía estadounidense, un miembro del Congreso y activistas por la paz judíos y árabe-israelíes. Mohamed Milhem, un miembro del Consejo Ejecutivo de la OLP y ex alcalde de Cisjordania que había sido deportado en 1980 anunció a los medios: “Hemos optado por ir de vuelta sin armas, sin explosivos, y sin siquiera piedras.”[6]

…un miembro del Consejo Ejecutivo de la OLP y ex alcalde de Cisjordania que había sido deportado en 1980 anunció a los medios: “Hemos optado por ir de vuelta sin armas, sin explosivos, y sin siquiera piedras.”

El primer ministro israelí Yitzhak Shamir declaró que el viaje era una “declaración de guerra” y anunció que el barco estaba “cargado de asesinos, terroristas y aquellos que quieren matarnos a cada uno de nosotros», y prometió evitar que llegara al puerto de Haifa.[7] Un día antes de que el Sol Phryne tuviera prevista su partida de Chipre, una mina abrió un boquete en el fondo del barco, impidiendo que saliera de puerto.[8] El Mossad israelí fue el responsable. Schiff y Ya’ari escriben, “En una de sus pocas victorias claras durante la Intifada, Israel no solo frustró el plan de la OLP para humillarle, sino que evitó lo que bien podría haber sido un choque violento entre sus ciudadanos árabes y el ejército o la policía” (1989,172).[9] La OLP nunca más volvió a hacer un intento de coordinar una gran campaña noviolenta que implicara la participación activa de la ciudadanía palestina de Israel.

El desafío islamista

Aunque las facciones nacionalistas palestinas eran más fuertes a principios de la intifada, el movimiento islámico ganó fuerza en el transcurso del levantamiento. El mayor de los grupos islamistas dentro de Cisjordania y Gaza, los Hermanos Musulmanes, llamó a una reorientación islámica de la vida social, se opuso activamente a las políticas estatales seculares adoptadas en muchos países árabes, y rechazaron abiertamente el colonialismo occidental y el sionismo.[10]

La primera hoja de Hamás, fechada el 11 de febrero de 1988, era singularmente diferente de las de la OLP-LNUL. Se refiría a la intifada como “al-Intifada al-Islamiya al-mubaraka”—un levantamiento islámico bendecido— en contraposición a uno nacional.

Los Hermanos Musulmanes y sus ramificaciones, la Yihad Islámica y el Movimiento de Resistencia Islámico (Harakat al-Muqawama al-Islamiyya, o Hamás) compartieron el objetivo de una Palestina islámica gobernada por la ley islámica (sharia) con fuertes lazos con el mundo islámico más amplio. Un elemento central de la ideología y las enseñanzas del movimiento islámico es que Palestina es tierra islámica, confiada a todos musulmanes hasta el Día del Juicio Final. Debido a esto, ningún líder, palestino o no, tenía derecho a dividirla, y nada de ellla podría ser cedido a Israel (o a cualquier otra entidad no musulmana).[11]

Los grupos islámicos comenzaron a publicar su propio conjunto de hojas impresas poco después del estallido de la intifada. La primera hoja de Hamás, fechada el 11 de febrero de 1988, era singularmente diferente de las de la OLP-LNUL. Se refiría a la intifada como “al-Intifada al-Islamiya al-mubaraka”—un levantamiento islámico bendecido— en contraposición a uno nacional. Antes de diciembre de 1987, la Yihad Islámica había llamado a la lucha armada contra las fuerzas de ocupación israelíes (Hunter 1991, 67). Sin embargo, una vez que comenzó la intifada, la Yihad Islámica, al igual que las facciones de la OLP, “abjuró del uso de armas de fuego, granadas y artefactos explosivos y limitó su actividad a la táctica consensuada de confrontar a los soldados israelíes en las calles con piedras y cócteles molotov” (67).

Sin embargo, una vez que comenzó la intifada, la Yihad Islámica, al igual que las facciones de la OLP, “abjuró del uso de armas de fuego, granadas y artefactos explosivos y limitó su actividad a la táctica consensuada de confrontar a los soldados israelíes en las calles con piedras y cócteles molotov”

Ni Hamás ni la Yihad Islámica estaban representadas oficialmente en el LNUL, aunque había cooperación entre los líderes nacionalistas e islámicos a nivel local. La relación entre los grupos nacionalistas seculares y los grupos islámicos siguió siendo difícil, una tensión explotada por Israel. El ejército israelí proporcionó armas a los activistas islamistas y apoyó a los grupos islámicos como alternativa a la OLP durante la década de 1980.[12]

La política “Fuerza, Poder, y Golpes” resulta contraproducente

En los primeros dieciocho meses del levantamiento, las tropas y los colonos israelíes mataron a unos seiscientos cincuenta palestinos. El 22 de diciembre de 1987, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución denunciando el uso desproporcionado de la fuerza contra los civiles palestinos por parte de Israel. (Estados Unidos no ejerció su veto.) A principios de 1988, el ministro de defensa israelí Yitzhak Rabin introdujo una política de “fuerza, poder y golpes”. Se autorizó a escalar el uso de la fuerza violenta contra lxs resistentes palestinxs y articular diversas formas de castigo colectivo. El jefe de personal del ejército israelí Dan Shomron explicaba la política: “‘No irán a trabajar, no se ganarán la vida, y no recibirán permisos y licencias comerciales hasta que se den cuenta de que la paz es tan vital para ellos como lo es para nosotros’” (Hunter 1991, 91).

El uso de la violencia desproporcionada contra lxs palestinxs por parte de Israel, recogido por los medios de comunicación, finalmente tuvo efectos contraproducentes.

El uso de la violencia desproporcionada contra lxs palestinxs por parte de Israel, recogido por los medios de comunicación, finalmente tuvo efectos contraproducentes. En febrero de 1988, imágenes de noticias de la CBS mostrando a soldados israelíes partiendo las extremidades de cuatro jóvenes palestinos con rocas y garrotes causaron indignación en todo el mundo (Rigby 1991, 58–59). Otros incidentes que atrajeron una importante cobertura de los medios incluyeron un «entierro en vida» de jóvenes palestinos.[13] Destacados miembros de la comunidad judía norteamericana, temerosos del impacto de estos acontecimientos para la imagen internacional de Israel y para el apoyo de EE.UU. a Israel, condenaron las acciones del gobierno israelí (Hunter 1991, 82-85). Schiff y Ya’ari escriben que el «shock de ser tomado por sorpresa se agravó aún más por el fracaso de Israel en dirigirse a la opinión pública mundial; era simplemente incapaz de defender su posición mientras su ejército disparaba a mujeres desarmadas y niños” (1989, 31).

…el «shock de ser tomado por sorpresa se agravó aún más por el fracaso de Israel en dirigirse a la opinión pública mundial; era simplemente incapaz de defender su posición mientras su ejército disparaba a mujeres desarmadas y niños”

Las autoridades israelíes respondieron rápidamente al desastre de sus relaciones públicas adoptando medidas destinadas a limitar la cobertura mediática de la situación en el interior los territorios ocupados. Éstas incluían formas extremas de censura, prohibiendo periódicos y revistas palestinos, revocando los visados de periodistas extranjeros o suspendiendo sus credenciales de prensa, declarando cierres militares y negando arbitrariamente el acceso a los territorios ocupados.[14]

Las autoridades israelíes respondieron rápidamente al desastre de sus relaciones públicas adoptando medidas destinadas a limitar la cobertura mediática de la situación en el interior los territorios ocupados.

No obstante, la intifada polarizó a la sociedad israelí entre quienes apoyaban llegar a un acuerdo con lxs palestinxs y aquellos que abogaban por aumentar la represión (Grant 1990, 68). El levantamiento popular tuvo el efecto inmediato de revitalizar el movimiento por la paz dentro de Israel. Después del lanzamiento de la intifada, activistas por la paz israelíes y miembros de la Knéset comenzaron a desafiar la Ley de Prevención del Terror, una ley israelí que prohibía a cualquier ciudadano israelí, funcionario israelí o residente palestino reunirse con un miembro de la OLP en cualquier situación o contexto.[15] Antes de mediados de febrero de 1988 había más de treinta organizaciones diferentes activas en Israel que protestaban contra la represión violenta del levantamiento (Kaminer 1996, 47–48). Paz Ahora, la mayor de ellas, movilizó a miles de israelíes en mítines exigiendo una solución negociada al conflicto árabe-israelí. Otros grupos, incluidos los Dai La’kibush (Fin de la Ocupación), El Año Veintiuno, y Yesh Gvul (un grupo de rechazo al ejército que surgió de la guerra en el Líbano) exigieron la retirada israelí de los territorios ocupados.[16]1

El levantamiento popular tuvo el efecto inmediato de revitalizar el movimiento por la paz dentro de Israel…/…había más de treinta organizaciones diferentes activas en Israel… Paz Ahora, la mayor de ellas, movilizó a miles de israelíes en mítines exigiendo una solución negociada al conflicto árabe-israelí.

El aumento de la desobediencia civil dentro del ejército israelí fue un factor crucial. Hasta principios de junio de 1988, más de quinientos reservistas habían firmado una petición negándose a servir en los territorios ocupados.[17] En un país donde el servicio militar se considera un deber sagrado, rechazar el servicio militar es altamente problemático. Los que se negaron argumentaron que el tipo de actividades militares autorizadas y realizadas en los territorios ocupados eran inmorales, no promovían la seguridad de Israel, y estaban socavando la democracia y la posición global de Israel. Destacados oficiales militares se convirtieron en los principales defensores de la «paz por territorios.”[18]

El aumento de la desobediencia civil dentro del ejército israelí fue un factor crucial. Hasta principios de junio de 1988, más de quinientos reservistas habían firmado una petición negándose a servir en los territorios ocupados.

Mientras tanto, un puñado de organizaciones unieron a activistas noviolentos israelíes y palestinos a través de la Línea Verde. El Comité de Solidaridad de Birzeit (CSB), un grupo formado en 1981 para protestar por el cierre de la Universidad de Birzeit en Cisjordania por parte de Israel, fue el primer grupo pacifista israelí en trasladar físicamente sus actividades a los territorios ocupados.

Queríamos mostrar a lxs palestinxs que algunxs israelíes están dispuestxs a arriesgarse a padecer golpes y gases lacrimógenos. El ejército no nos mataría porque somos judíos… Pero nuestra presencia en Cisjordania suscitó mucho entusiasmo entre la población local. Fuimos a los campos de refugiados de Ramala, Hebrón, Dheisha -dondequiera hubiera represión- y sacaron a la luz muchos rincones oscuros de la ocupación que el público israelí habría preferído fingir que no existían.[19]22

Queríamos mostrar a lxs palestinxs que algunxs israelíes están dispuestxs a arriesgarse a padecer golpes y gases lacrimógenos. El ejército no nos mataría porque somos judíos… Pero nuestra presencia en Cisjordania suscitó mucho entusiasmo entre la población local.

A mediados de la década de 1980, el CSB generó otro comité, el Comité Frente al Puño de Hierro (CFPH). Rigby señala, “aunque los miembros israelíes y palestinos [del comité] no lograron ponerse de acuerdo sobre una plataforma política común, ambas partes estaban dispuestas a trabajar juntas para protestar contra la ocupación, como un ejercicio para profundizar en el diálogo y el entendimiento mutuo” (1991, 173).

Mubarak Awad, el principal defensor palestino de la lucha noviolenta y residente de Jerusalén Este, había pasado los últimos años de la década de 1980 pidiendo la creación de un “fedayín desarmado” para llevar a cabo una resistencia total a la ocupación. Al comienzo de la intifada Mubarak Awad y sus seguidores viajaron a más de trescientas aldeas bajo toque de queda para animar al desafío popular. Invitaron a los soldados israelíes a emularles. “Cuanto más se extendía el movimiento, más tiempo y dinero les costaba a los israelíes tratar con nosotros… Queríamos que Israel reaccionara ante nosotros en lugar de que nosotros reaccionáramos ante ellos. Esto fue muy importante.”[20]

Mubarak Awad, el principal defensor palestino de la lucha noviolenta y residente de Jerusalén Este, había pasado los últimos años de la década de 1980 pidiendo la creación de un “fedayín desarmado” para llevar a cabo una resistencia total a la ocupación.

El Ministerio del Interior de Israel anunció que no renovaría el visado de Awad y que sería deportado. Cuando apeló al Tribunal Superior de Justicia israelí y fracasó la intervención diplomática estadounidense en su nombre, Awad fue deportado a los Estados Unidos. No obstante, se enviaron impresos del LNUL con llamamientos al desafío popular noviolento que Awad había defendido durante años.


Fin de la segunda entrega (como aclaramos al principio de esta entrada, esta división del capítulo la realizamos en mambru.info para facilitar la lectura: no es la división académica del trabajo de Chenoweth y Stephan, sino que separa ésta, a su vez, en distintas partes, pero siempre respetando el orden y la integridad de sus distintos apartados originales) del capítulo 5 de «Porqué funciona la resistencia civil: la lógica estratégica del conflicto noviolento«, capítulo que presenta uno de sus estudios de caso: «LA PRIMERA INTIFADA PALESTINA».

El índice completo de todo el capítulo, se puede consultar aquí, y los enlaces a las distintas partes, también directamente aquí:

Estudio de caso: La primera intifada palestina (1)

Estudio de caso: La primera intifada palestina (2)

Estudio de caso: La primera intifada palestina (3)

Estudio de caso: La primera intifada palestina (4)


Nota de mambru.info: Sobre la posición de Mubarak Awad respecto a la situación actual del conflicto, sugerimos la lectura de su breve texto «7 steps to end the cycle of violence in Israel and Palestine«, escrito el pasado 12 de octubre.


Imagen destacada de la entrada: Cisjordania, Al Ram. Jóvenes palestinos corren delante de los soldados israelíes durante una manifestación en enero de 1988. Fotografía de Jean-Claude Coutausse


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  1. Algunos se refieren al LNUL (UNLU en inglés, N.T.) como el Mando Nacional Unido; ver King (2007)

  2. Un líder de la LNUL de Nablus, Radi Jraey, era simiultaneamente el editor del periódico Al-Fajr en Jerusaelén, un estudiante de la Universidad Bir Zeit, y el coordinador de distrito del distrito norte. “Estaba constantemente trasladándome de aquí para allá para evitar que la inteligencia israelí me arrestara.” Dijo. Organizativamente, Cisjordania estaba dividida en tres distritos. El distrito norte comprendía Jenin, Tulkarem, Nablus y Qalqiya. El distrito central comprendía Ramala, Jericó y Jerusalén. El distrito sur comprendía Belén y Hebrón. Durante la intifada, los coordinadores de distrito de Cisjordania coordinaron sus esfuerzos con los líderes de los distritos de Gaza (Radi Jraey, entrevista de Maria Stephan, Ramala, 5 de Septiembre de 2004).

  3. Ahmad Hanoun, ex-preso político del Campo de Balata, Nablús, entrevista de Maria Stephan, Ramala, 4 de Septiembre de 2004.

  4. Arafat y Abu Jihad emitían órdenes a través de un comité coordinador con base en Amán, Jordania, y las oficinas de la OLP en Europa, que enviaban faxes a los periódicos y sindicatos de Jerusalén Este.

  5. Schiff y Ya’ari escriben que Arafat y la OLP consideraban al principio que la población árabe de Israel era una minoría pequeña e insignificante que vivía en territorio enemigo e incapaz de promover la causa palestina. Después de 1973, sin embargo, se establecieron vínculos entre la OLP y la comunidad árabe-israelí a través de los partidos políticos no sionistas como el Partido Comunista Israelí Rakah y la Lista Progresista por la Paz junto con los partidos tradicionales árabes en la Knéset. La OLP insufló fondos a las instituciones y organizaciones árabe-israelíes con el fin de expandir su base de apoyo dentro de Israel (1989, 173)

  6. “El Barco Averiado del Retorno, Foco de Esperanzas y Temores,” Noticias de Atenas, 18 de Febrero de 1988

  7. “El Barco del Retorno de la OLP pone el dedo en la llaga de Israel,” International Herald Tribune, 12 de Febrero de 1988

  8. “Una mina destroza el navío contratado para el viaje de la OLP,” Philadelphia Inquirer, 16 de Febrero de 1988.

  9. Después de que el barco fuera volado y tres líderes de la OLP fueran asesinados por la inteligencia israelí, Yasser Arafat hizo una declaración desde Kuwait diciendo que podría reconsiderar su Declaración del Cairo, por la que las actividades terroristas serían realizadas sólo en contra de objetivos en Israel y los territorios ocupados (O’Ballance 1998, 37)

  10. Para una discusión detallada del movimiento islámico dentro de los Territorios Palestinos, ver Robinson (1997, 132-77). Ver también Mishal y Mishal (2000); Litvak (2003); y Ahmad (1994).

  11. El artículo 11 de la Mithaq de Hamas dice, “El Movimiento de Resistencia Islámico cree que la tierra de Palestina es una tierra waqf islámica consagrada para las generaciones futuras musulmanas hasta el Día del Juicio final. No debería ser desperdiciada ni cedida, ni siquiera una parte. Ningún país árabe, ningún rey o presidente, ninguna organización –palestina o árabe- posee ese derecho.” (Robinson 1997, 151).

  12. M. Sela, Jerusalem Post, 26 de Mayo de 1989, 9.

  13. Mark Bowden, “Entierro en vida de árabes es terror para los israelíes,” Philadelphia Inquirer, 2 de Febrero de 1988.

  14. Acerca de los extremos del intento del gobierno israelí para evitar la cobertura mediática de la intifada, ver Rigby (1991, cap. 6, “The Role of the Media” / “El Papel de los Medios de Comunicación” N.T.)

  15. En Junio de 1988, cuatro miembros de un grupo de izquierdistas israelíes que se reunieron con la OLP en Rumanía fueron condenados por violar la Ley de Prevención del Terror, sentenciados a seis meses de prisión, y obligados a pagar 2.500$ cada uno. En 1990 la activista por la paz israelí Abie Nathan recibió una sentencia de seis meses de prisión por reunirse con miembros de la OLP: Los miembros conservadores de la Knéset también empezaron a reunirse con los oficiales de la OLP. Ver Nunn (1993).

  16. Estos grupos más radicales criticaron al movimiento pacifista convencional, encabezados por Paz Ahora, por su “negativa a transgredir los límites considerados permisibles por el régimen de ocupación.” Por ejemplo, Paz Ahora, se negó a comprometerse con cualquier forma de desobediencia civil o enfrentarse activamente al gobierno israelí en políticas específicas. Los grupos pacifistas más convencionales criticaban al movimiento de rechazo al ejército y se negaron a apoyarlo en cualquier caso. Los cargos de Paz Ahora se negaron a reunirse con representantes de la OLP hasta que otros grupos pacifistas israelíes llevaran a cabo una práctica convencional (Kaminer 1989).

  17. El número de reservistas que rechazaron servir en los territorios ocupados creció de 160 (en Enero de 1988) a más de 600 antes de termirar el séptimo mes de la intifada. Al firmar su declaración, los que rechazaban se referían a la “ausencia de una solución política” y no simplemente al grado de violencia como la razón por su rechazo. Antes de finales de Marzo de 1988, unos 2.000 oficiales en la reserva estaban demandando del Primer Ministro Shamir “el decantarse por el camino de la paz.” En ese periodo, la organización Paz Ahora descubrió que “el 90% de los oficiales de rango superior del ejército israelí están a favor de un acuerdo territorial y la devolución de los territorios a cambio de la paz.” El Consejo por la Paz y la Seguridad fue fundado en Mayo de 1988 por exgenerales isrelíes para convencer al público de la necesidad de negociar directamente con la OLP y retirarse de los territorios ocupados para mejorar la seguridad de Israel (Citado en la Edición Internacional del Jerusalem Post, 11 de Junio de 1988; en Dajani [1994, 80-982])

  18. Organizaciones israelíes, incluida Padres Contra la Erosión Moral, fundada por padres de soldados de la Fuerza de Defensa de Israel, se concentraron en presionar al gobierno israelí para que inciara negociaciones y finalizara la ocupación.

  19. E. Farjoun, citado en Ertugul (1987, 15-16)

  20. Mubarak Awad, entrevista de Maria Stephan, Washington D.C., 24 de Marzo de 2004

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