Al proporcionar una “presencia protectora” en Cisjordania, las personas que actúan sobre el terreno en su calidad de activistas internacionales, esperan disuadir ataques de colonos que están siendo llevados a cabo de una forma que no tiene precedentes a esa escala.

Fuente: Activistas internacionales se enfrentan a la impunidad israelí en Cisjordania (Waging Nonviolence)

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Jaisal Noor , 21 de octubre de 2025

El 22 de julio, en la aldea palestina de Ibziq, unas luces brillantes atravesaron la tienda a las 12:30 de la noche, despertando a Nikki Morse, natural de Baltimore (Maryland), y a otro activista. Los activistas, ambos de Estados Unidos, se enfrentaron a un joven enmascarado que les dijo en un inglés con acento: «Vuestro tiempo se ha acabado».  Detrás de él, otros tres esperaban en un quad. En su camiseta se leía «Artzeinu», que en hebreo significa «nuestra tierra»

Este encuentro con los colonos israelíes en Ibziq permite vislumbrar la realidad cotidiana de la población palestina, que sufre ataques constantes en la Cisjordania ocupada. Desde el 7 de octubre de 2023, B’Tselem, una organización israelí de derechos humanos, afirma que la violencia de los colonos ha alcanzado «niveles sin precedentes», con comunidades enteras desplazadas por la fuerza, sus hogares demolidos o confiscadas , y la población palestina sometida a castigos colectivos , asesinatos y torturas .

En medio de la atención mundial sobre Gaza, donde según destacadas personas expertas Israel está cometiendo genocidio, los ataques en Cisjordania se han intensificado, especialmente desde que el presidente Donald Trump levantó las sanciones a las organizaciones de colonos de extrema derecha en una de sus primeras medidas al asumir el cargo. Esto revirtió una de las pocas medidas concretas que Biden había tomado para desafiar la impunidad israelí mientras ocupaba en el cargo.

Dado que solo se permite la entrada de personal médico en Gaza, los y las voluntarias del Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM en sus siglas en inglés) se han trasladado a Cisjordania, donde todavía es posible entrar. Morse, un organizador de Jewish Voice for Peace , pasó tres semanas en Cisjordania en julio para proporcionar una presencia protectora documentando y tratando de disuadir los ataques de los colonos. 

“Fue aterrador, lo más cerca que he estado del peligro real en Cisjordania”, dijo Morse.

La tienda en la que dormía Morse, con solo una tabla a modo de puerta, ejemplifica cómo se ven obligada vivir la población palestina, ya que rara vez se les conceden permisos de construcción, a pesar de llevar décadas residiendo en sus tierras.

Nunca más

Morse afirma que la intimidación formaba parte de una campaña coordinada. Esa mañana, los soldados israelíes habían advertido a la familia palestina: «Tenéis que iros. Los colonos van a intentar algo pronto y no podremos detenerlos». Para Morse, esto reveló «un esfuerzo casi conjunto de los soldados y los colonos para infundir miedo en la familia».

El enfrentamiento con los colonos israelíes evocó dolorosos paralelismos para Morse. «Lo que sentí fue lo que, según he oído, vivieron mis bisabuelos/as en Rusia cuando sufrieron los pogromos», dijeron. «Esa sensación de vulnerabilidad ante las bandas armadas que invaden y atacan sin ningún tipo de recurso a ninguna autoridad. En Rusia, estaba sancionado por el Estado, y aquí, en Cisjordania, está sancionado por el Estado».

Banderas israelíes bordean una calle privada en una aldea de Cisjordania donde solo quedaban tres familias palestinas en julio de 2025, en medio de crecientes campañas de intimidación por parte de los colonos.
Banderas israelíes bordean una carretera privada en una aldea de Cisjordania donde solo quedaban tres familias palestinas en julio de 2025, en medio de la escalada de campañas de intimidación por parte de los colonos. (WNV/Nikki Morse)

«El «nunca más» debe aplicarse a todo el mundo», afirma Morse, quien sostiene que las lecciones del Holocausto y la persecución de la población judía exigen resistirse a todas las formas de limpieza étnica, incluidas aquellas justificadas en nombre de la seguridad de la población judía. Como antisionistas, se oponen a un Estado exclusivamente judío en territorio palestino y abogan, en cambio, por un Estado democrático con igualdad de derechos para israelíes y palestinos y palestinas.

Como judío practicante, Morse considera su activismo como una obligación religiosa: «Creo que es lo que debemos hacer, porque creo que ese es mi papel para hacer del mundo un espacio impregnado de lo que entendemos como la presencia de Dios».

Efectos tangibles​

Los riesgos de este tipo de activismo son reales. En septiembre de 2024, la activista turco-estadounidense Ayşenur Ezgi Eygi de 26 años e integrante del ISM, fue asesinada a tiros por un francotirador israelí mientras participaba en una protesta noviolenta en Cisjordania. Un año después, a pesar de que las autoridades estadounidenses calificaron su asesinato de «injustificado y sin provocación», nadie ha rendido cuentas por ello. Desde el 7 de octubre, soldados y colonos israelíes han matado al menos a otros cuatro palestino-estadounidenses en Cisjordania con total impunidad.

A pesar de los peligros, la presencia del ISM ha tenido en ocasiones un impacto real para la población palestina. A principios de la década de 2000, la comunidad de Yanun, en el norte de Cisjordania, acordó regresar a su pueblo solo bajo la protección de activistas internacionales, y allí siguen hoy en día. Los voluntarios y voluntarias del ISM también participaron en el levantamiento del asedio al complejo de Yasser Arafat y a la Iglesia de la Natividad en Belén durante la Segunda Intifada, y han apoyado a comunidades como Khan al-Ahmar en su resistencia al desplazamiento forzoso.

Más recientemente, las personas activistas reconocen que es más difícil identificar victorias claras. «Las victorias o los efectos tangibles son muy difíciles de evaluar en estos días, porque no sabemos cómo se desarrollarían los ataques sin la presencia de activistas», dijo Miriam, una voluntaria del ISM que pidió que solo se utilizara su nombre de pila por razones de seguridad. «Lo que sí sabemos es que las comunidades han intentado regresar cuando han ido acompañadas por activistas, y que estamos apoyando su lucha por permanecer en sus tierras ancestrales. La población palestina sigue pidiendo nuestra presencia y eso para nosotras es un efecto tangible y una razón para seguir haciendo lo que hacemos».

«La población palestina sigue pidiendo nuestra presencia y eso para nosotras es un efecto tangible y una razón para seguir haciendo lo que hacemos»

La situación en Ibziq ilustra una campaña más amplia de desplazamiento sistemático a medida que Israel acelera la expansión de los asentamientos. Según B’Tselem, al menos 41 comunidades palestinas de la Zona C, que está bajo control militar directo de Israel, han sido desplazadas por la fuerza desde octubre de 2023. Se trata del mayor traslado forzoso desde el inicio de la ocupación israelí de Cisjordania en 1967. Otras 40.000 personas palestinas fueron desplazadas durante una operación militar israelí en enero y febrero de 2025.  

Miriam fue testigo de la huida de pueblos enteros. «Mientras estuve allí, hubo una comunidad de 200 personas en el sur del valle del Jordán que se marchó en su totalidad.  Había otra comunidad beduina al oeste de Ramallah, formada por 330 personas, que se marchó diez días después de que se instalara un asentamiento muy cerca de su aldea».

Al menos 964 personas palestinas fueron asesinadas por soldados y colonos israelíes durante este periodo

Según la ONU, entre octubre de 2023 y diciembre de 2024 se produjeron al menos 1860 incidentes de violencia por parte de los colonos en Cisjordania, lo que supone una media de cuatro ataques diarios. Al menos 964 personas palestinas fueron asesinadas por soldados y colonos israelíes durante este periodo, mientras que las demoliciones desplazaron a casi 2900 personas palestinas y las acciones de los colonos desplazaron a otras 2400.

Un rebaño espera alrededor de un árbol para pastar en Ibziq
Un rebaño espera para pastar en Ibziq en julio de 2025. En septiembre, ISM informó que la aldea estaba completamente desierta después de que la última familia huyera debido a las amenazas de los colonos. (WNV/Nikki Morse)

Dos meses después del enfrentamiento con Morse, la estrategia de los colonos tuvo éxito. ISM informa que la última familia abandonó Ibziq y que ahora el pueblo está desierto.

Según informa Reuters, el proyecto de asentamientos de Israel fragmenta sistemáticamente el territorio palestino mediante nuevas viviendas, zonas militares y áreas restringidas. Según el grupo israelí de derechos humanos Peace Now, la expansión de los asentamientos se ha acelerado desde 2023 más que en los nueve años anteriores juntos.

El papel de la «presencia protectora» 

«La presencia protectora es más o menos lo que parece», explicó Dottie Lux, una activista de Oakland que ha pasado cuatro meses en Cisjordania durante el último año. «Se pide a las personas internacionales que vengan a pasar tiempo con las familias palestinas como testigos, como una serie de ojos para informar a sus países de origen de lo que está sucediendo, pero también con la esperanza de que sirvan de disuasión para la violencia de los colonos y del Estado».

El trabajo varía de un día para otro, y depende más de las acciones de la ocupación que de una agenda fija. Las personas voluntarias pueden acompañar a los pastores para protegerlos del acoso, documentar las demoliciones de viviendas o pasar la noche vigilando para evitar los ataques de los colonos.

Lux recordó un incidente en el que los colonos intentaron robar el burro de una familia. Las fuerzas israelíes arrestaron al propietario palestino, a su hija y a su hijo de 13 años, y los ataron con bridas delante de su casa. Las internacionales quedaron libres para observar. Después de más de un día bajo custodia, la familia fue liberada, pero el burro nunca fue devuelto.

Miriam y Lux vieron cómo el aumento de la represión frena la organización noviolenta palestina. «Por desgracia, no hay mucha organización, debido a lo mucho que también se ha destruido la resistencia noviolenta palestina en Cisjordania, por los asesinatos, por la tortura en las cárceles, por el castigo colectivo a las aldeas», comenta Miriam.

«Por desgracia, no hay mucha organización, debido a lo mucho que también se ha destruido la resistencia noviolenta palestina en Cisjordania, por los asesinatos, por la tortura en las cárceles, por el castigo colectivo a las aldeas»

Incluso la supervivencia básica se ha convertido en resistencia. «El año pasado, por ejemplo, la resistencia noviolenta podía consistir en rellenar el depósito de agua de un arroyo, y ahora ese arroyo ha sido completamente invadido por colonos que impiden a los palestinos obtener agua», observa Lux.

«Lo que la población palestina  está haciendo ahora es quedarse en sus tierras», explicó Miriam. «Intentan no abandonar sus casas, sus tierras, sus aldeas, y eso es lo que estamos apoyando ahora».

Las campañas de desplazamiento se han acelerado en los últimos meses, y el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, ha declarado su intención de «enterrar» la condición de Estado palestino mediante la continua expansión de los asentamientos. Mientras tanto, Estados Unidos sigue proporcionando miles de millones en ayuda militar y respaldando una solución de dos Estados que la política israelí socava abiertamente. 

Desafiando la complicidad de EE.UU.

Los activistas y las activistas destacan el papel directo del apoyo estadounidense en la violencia que presencian. «Todas las armas, todos los depósitos de agua, todas las esposas y candados… todos dicen que son propiedad de Estados Unidos o están fabricados en Estados Unidos», dice Lux

A su regreso de Cisjordania, Morse se puso en contacto con las principales instituciones judías de Baltimore para ofrecerles compartir sus experiencias, pero hasta ahora esas invitaciones han sido rechazadas. En cambio, hablaron en una reunión organizada por Baltimore Families for Justice, donde los y las activistas llevaron a cabo una campaña de envío de cartas instando a los miembros locales del Congreso a reconsiderar su apoyo a Israel.

Morse también organiza la campaña «Apartheid-Free Baltimore» (Baltimore libre de apartheid), que presiona a las empresas para que no vendan productos israelíes como parte del movimiento de boicot, desinversión y sanciones, conocido como BDS.

También han observado un cambio en la percepción pública sobre Israel y Palestina. Las últimas encuestas muestran que la opinión pública estadounidense se está volviendo claramente en contra de Israel: la mayoría de los y las estadounidenses desaprueba ahora las acciones de Israel en Gaza, y el apoyo entre los y las votantes demócratas ha caído hasta solo el 8 %. Casi la mitad de los y las estadounidenses cree que Israel está cometiendo genocidio, y más del 80 % está a favor de un alto el fuego inmediato.

«Probablemente ni siquiera hayas estado en Israel. Ni siquiera sabes de qué estás hablando». La respuesta de Morse fue directa: «He estado en Cisjordania. Acabo de estar allí».

En una vigilia contra la guerra el 24 de septiembre en Baltimore, Morse recordó haber sido confrontado por un activista proisraelí que lo tachó de desinformado: «Probablemente ni siquiera hayas estado en Israel. Ni siquiera sabes de qué estás hablando». La respuesta de Morse fue directa: «He estado en Cisjordania. Acabo de estar allí».

Jaisal Noor


Jaisal Noor es un periodista multimedia y formador en medios de comunicación afincado en Baltimore que informa sobre los movimientos populares que trabajan para resolver los retos más urgentes de sus comunidades.


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Imagen destacada de esta entrada: Los colonos se enfrentan a activistas internacionales que ayudan a agricultores de la oliva palestinos en la ciudad cisjordana de Silwad el 17 de octubre. (Foto: ISM)

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