«¿Cómo se puede ser pacifista en tiempos como estos?» pregunta «el escéptico», con la invasión rusa de Ucrania fresca en la mente. La primera respuesta de Majken Jul Sørensen a su alter ego negativo es la pregunta contraria: «¿Cómo no ser pacifista en tiempos como estos? Con todo lo que sabemos sobre las consecuencias de la guerra moderna, ¿por qué no están sobre la mesa todas las alternativas a la guerra?».
Al día siguiente de enterarnos por los medios de formación de masas del Reino de España de la mayor ayuda militar (1.129 millones de euros) suministrada en su historia reciente por el Estado español a otro estado, hemos decidido afrontar otra nueva traducción por entregas de un texto que vuelve a incidir en que está demostrado con hechos y datos que hay alternativas a la guerra, que es falsa la militarista dicotomía entre guerra y pasividad ante una agresión armada.
…un texto que vuelve a incidir en que está demostrado con hechos y datos que hay alternativas a la guerra, que es falsa la militarista dicotomía entre guerra y pasividad ante una agresión armada.
En «El pacifismo hoy», Majken ilustra con numerosos ejemplos su forma de entender el pacifismo y su compromiso con la acción noviolenta y la resistencia desarmada a la guerra. En esta reflexión personal sobre por qué se hizo pacifista, explica cómo su dedicación al pacifismo se ha profundizado con el creciente conocimiento sobre la capacidad de las personas para participar en conflictos por medios no violentos.
Desafiada por «el escéptico», Majken esboza cómo la gente puede rechazar toda cooperación social y económica con una fuerza de ocupación, por ejemplo boicoteando las escuelas y las elecciones amañadas. En sus respuestas a la duda de «el escéptico», Majken descubre la dinámica única de la lucha noviolenta. Señala cómo el militarismo a largo plazo está haciendo más daño que bien, y explora en qué circunstancias el pueblo ruso podría ser capaz de derribar a Putin del poder.
[Desde mambru.info creemos oportuno señalar que el recopilatorio «La resistencia civil noviolenta ucraniana ante la guerra» publicado por Novact e ICIP , que se citará un poco más abajo, sobre 235 experiencias de resistencia civil llevadas a cabo espontánemante al principio de la invasión rusa por la propia población ucraniana, aprovecha ese importante trabajo de investigación sobre esa valiente resistencia para un informe que, sin embargo, expone como «conclusión», según su autor, la necesidad de buscar «complementariedad con la defensa militar«.
Esa apuesta nos nos parece nada positiva: pensamos que esa estrategia de «contemporización» es un demostrado suicidio para la acción noviolenta y, por ejemplo, sufriendo la guerra en su propias carnes como activista, y no, como hacen estas organizaciones, como meras espectadoras, Yuri Sheliazhenko , secretario general ejecutivo del Movimiento Pacifista Ucraniano (que ha colaborado debatiendo con la autora el ensayo cuya publicación traducida iniciamos hoy), a diferencia de Felipe Dazza, el autor del informe recopilatorio al que aludimos más arriba, lo ha dejado siempre claro: rechaza de plano la estrategia de emplear esas acciones (que podrían haberse revelado como trascendentales de haber sido planificadas y respaldadas con un presupuesto previo de la magnitud con el que se planifica actualmente la guerra) enmarcadas como «auxiliares» de la defensa militar. Porque, entonces, la estrategia de la noviolencia pierde toda legimitidad ética y moral, y todo su valor argumental, al «incrustrarla» en las estructuras de defensa armada, ya que se se «iguala» con ella a los ojos del agresor invasor.
Así que aquí, por nuestra parte, lo dejaremos bien claro, negro sobre blanco, desde ya: estamos con esa gente ucraniana coherentemente pacifista, y lo que se se necesita realmente es que respaldemos como verdadera alternativa a la guerra la articulación de un conjunto de acciones de resistencia civil que, como también se ha contrastado reiteradamente a través de la historia contemporánea, ha de llevarse a cabo sin intoxicaciones militaristas para que se demuestre indudablemente eficaz.]
El pacfismo hoy: un diálogo sobre alternativas a la guerra en Ucrania
Fuente: https://transnational.live/2024/03/11/pacifism-today-a-dialogue-about-alternatives-to-war-in-ukraine/
A todas las gentes valientes que se niegan a participar en la guerra
en Ucrania, Rusia y en todas partes.
«La guerra es un crimen contra la humanidad. Por eso estoy decidido a no
La declaración pacifista de la Internacional de Resistentes a la Guerra
a apoyar ningún tipo de guerra, y a luchar por la eliminación de todas las
las causas de la guerra».
Contenido
Prólogo
Introducción
La lógica de la lucha desarmada
La lucha desarmada como experimento arriesgado
Pacifismo, militarismo y exportación de armas
El panorama general: LA OTAN
Cómo derrocar a Putin
Preparación para la lucha sin armas
Lecturas complementarias:Breve bibliografía comentada
Notas finales
Bibliografía
Prólogo
En mi vida académica, he investigado y escrito sobre la resistencia noviolenta y la dinámica de los conflictos como científica social.
Sin embargo, también soy pacifista y me niego a participar o prepararme para cualquier tipo de guerra. Empecé a escribir este diálogo un año después de la invasión rusa a gran escala de Ucrania en 2022 como un debate conmigo mismo sobre si realmente podía seguir siendo pacifista.
Cuando la respuesta se convirtió en un profundo sí decidí publicar el diálogo y hacerlo un poco más dramático para algunas de las preguntas habituales en las conversaciones sobre pacifismo y alternativas a la guerra. El escéptico que plantea las preguntas en este ensayo no es una persona real, sino un «doble» que representa a toda la gente que ha cuestionado mi posición pacifista, ya sea en persona o por escrito.
El escéptico que plantea las preguntas en este ensayo no es una persona real, sino un «doble» que representa a toda la gente que ha cuestionado mi posición pacifista, ya sea en persona o por escrito.
Todas las opiniones expresadas aquí son mías. No pretendo representar a todas las personas pacifistas, y no todos las estudiosas cuyas investigaciones menciono son pacifistas.
Espero que quienes tengan la corazonada de que la guerra es un error y creen que tiene que haber otras soluciones, puedan encontrar en este diálogo los argumentos que buscaban.
Un texto es siempre un proceso de colaboración, aunque yo sea la única autora de esta publicación. Por ello, estoy profundamente agradecida a todas las personas que han debatido sobre pacifismo y noviolencia conmigo a lo largo de los años, ayudándome a afinar mis argumentos.
Esta publicación en concreto no habría visto la luz sin mi amiga de la infancia Malene Raben Jørgensen. Ella me convenció para que escribiera mis argumentos y los compartiera con la gente. Craig S. Brown, Henrik Frykberg, Jørgen Johansen, Dorte Lykke Holm, Brian Martin, Yurii Sheliazhenko, Shahira Tarrash y Jan Øberg leyeron varios borradores del texto y todo el mundo aportó valiosos comentarios sobre en qué centrarme o desarrollar más. Tom Vilmer Paamand fue una de las primeras personas pacifistas que conocí cuando era adolescente, y me ayudó a navegar por este nuevo mundo del activismo por la paz. Tom ha comentado ampliamente todo el texto de este diálogo y me ha ayudado especialmente a dar vida a EL ESCÉPTICO. Gracias a tod@s vosotr@s, éste se ha convertido en una publicación mucho mejor. Cualquier deficiencia que quede en el texto, a pesar de vuestros esfuerzos, es, por supuesto, responsabilidad mía.
Majken Jul Sørensen
16 de febrero de 2024.
Introducción
EL ESCÉPTICO: Te llamas pacifista. Por lo que yo entiendo, significa que estás contra todas las guerras y contra los preparativos para la guerra, incluida la actual guerra defensiva que Ucrania está librando contra el ataque ruso. ¿Cómo puedes ser pacifista en tiempos como estos?
Majken: Me hago la pregunta opuesta. ¿Cómo puedes no ser pacifista en tiempos como estos? Con todo lo que sabemos sobre las consecuencias de la guerra moderna, ¿por qué no están todas las alternativas a la guerra sobre la mesa?
La respuesta a por qué soy pacifista se puede dividir en tres partes. En primer lugar, creo que está mal matar a otras personas, y en la guerra la gente muere, soldados y civiles. En segundo lugar, el precio que cuesta una guerra es simplemente demasiado alto. La infraestructura se destruye, y en tiempos de guerra, es más difícil defender los valores que una se esfuerza por proteger, como el respeto por los derechos humanos. Si la guerra fuera la respuesta, ya habríamos tenido paz mundial, teniendo en cuenta todas las guerras que se han librado durante los siglos pasados con la intención declarada de crear paz. Sin embargo, lo más importante es la tercera parte de mi respuesta: hoy sabemos mucho sobre la lucha con medios noviolentos, y es irracional ignorar este conocimiento. Podríamos empezar sobre lo que causó mi interés personal en la noviolencia y el pacifismo, pero creo que deberíamos empezar hablando de algunas de las alternativas que conozco.
…hoy sabemos mucho sobre la lucha con medios noviolentos, y es irracional ignorar este conocimiento.
EL ESCÉPTICO: Estoy absolutamente de acuerdo en que la guerra es terrible y deberíamos hacer todo lo posible para evitarla, pero cuando miro lo que pasó en Ucrania en 2022, no veo otra opción que la defensa armada para luchar contra la invasión rusa. ¿Cómo puede haber alguna alternativa?
Majken: La invasión rusa fue un horrible acto de agresión. Por supuesto, entiendo que la población ucraniana quiera luchar contra esta invasión, pero hay otras formas de luchar que con las armas. A largo plazo, es más probable que los métodos desarmados sean eficaces para defender los derechos humanos y la democracia y salvar vidas humanas. También es probable que la lucha desarmada facilite tener relaciones pacíficas en el futuro. Por cada día que la guerra continúa, cada bala disparada, cada cohete lanzado, cada casa destruida y cada vida humana perdida, la reconstrucción y la reconciliación tardarán más. Por eso soy pacifista y veo la guerra como un crimen contra la humanidad.
EL ESCÉPTICO: Cuando dices una lucha desarmada, ¿qué tienes en mente? Creo que el momento de las manifestaciones pacíficas ha terminado.
Majken: Si se refiere a grandes reuniones de personas, estoy de acuerdo en que ahora no es el momento de las manifestaciones, al menos no en las partes de Ucrania que están ocupadas. Manifestarse en grandes multitudes bajo tales circunstancias a menudo crea un riesgo innecesario, con pocas posibilidades de ganar mucho. Dicho esto, hay excepciones. En los primeros días de la invasión rusa, los ciudadanos de la pequeña ciudad de Slavutich se manifestaron públicamente y lograron la liberación de su alcalde (1). Sin embargo, a medida que se desarrollaba la guerra, tales acciones se han vuelto cada vez más arriesgadas desde que el ocupante ha comenzado a depender de la policía entrenada en control de multitudes para manejar estas situaciones. (2)
Si la gente quiere expresar protesta públicamente, puede participar en pequeñas acciones simbólicas, como llevar una cierta combinación de color como muestra de unidad nacional contra un ocupante. La ciudadanía ucraniana llevan hoy a cabo esta forma de protesta simbólica cuando canta el himno nacional, levanta la bandera ucraniana o viste de azul y amarillo (3). En el Tíbet, ocupado por China desde 1951, el símbolo de la resistencia es el Dalai Lama. Mostrar su foto está prohibido, así que cuando los vendedores ambulantes están vendiendo fotos de los diversos Lamas que no están prohibidos, también exponen marcos vacíos (4). Todo el mundo sabe que ahí es donde el Dalai Lama debería haber estado, y los tibetanos colocan estos marcos vacíos en las paredes de casa. La gente es consciente de que son representaciones de resistencia, sin embargo, el ocupante chino no puede prohibir la venta de marcos vacíos sin hacer que se vea ridículo.
EL ESCÉPTICO: Bien, entiendo que la creatividad en relación con el simbolismo puede jugar un papel en la creación de solidaridad, pero nadie en su sano juicio puede creer que esto sería suficiente para deshacerse de un ocupante
Ahora l@s ucranian@s tendrían que improvisar una resistencia no armada, y organizarse durante una ocupación en curso es, por supuesto, mucho más difícil que si la gente afectada ha empezado a prepararse con antelación.
Majken: Tienes razón, no lo es. Para ello hacen falta acciones más audaces, aunque no tienen por qué implicar necesariamente la reunión de grandes multitudes. En las zonas ocupadas de Ucrania, las huelgas y boicots y otras formas de no cooperación con el ocupante son probablemente una mejor opción. La administración de ocupación rusa, como todos los demás ocupantes, desea operar sin ser molestada y mantener cierta imagen de legitimidad. Si quieren celebrar unas elecciones locales para presentar una fachada de legitimidad, sus votantes deberían boicotearlas. Si quieren introducir en la escuela un plan de estudios con influencia rusa, los padres y madres y el profesorado podrían organizar un sistema educativo paralelo que siguiera el antiguo plan de estudios ucraniano. Se trata de un tipo de acción que implica a mucha gente y perturba la administración de una ocupación para que no pueda mantener una fachada de «todo sigue igual». Ha habido algunos pequeños ejemplos de ello en Ucrania durante los primeros meses de la guerra (5), pero organizar boicots a escala más generalizada es diferente de las iniciativas espontáneas de pequeños grupos. Idealmente, los preparativos para esta lucha no violenta deberían haber comenzado hace mucho tiempo, por ejemplo con la ocupación rusa de Donbás y Crimea en 2014, en lugar de esperar hasta una invasión rusa a gran escala. Ahora l@s ucranian@s tendrían que improvisar una resistencia no armada, y organizarse durante una ocupación en curso es, por supuesto, mucho más difícil que si la gente afectada ha empezado a prepararse con antelación.
EL ESCÉPTICO: Todo es más fácil con más preparación, podemos volver a esa cuestión más tarde. Pero la situación es la que es, así que ¿qué más podrían hacer los ucranianos aquí y ahora?
Majken: Muy bien, vamos a hablar de eso para empezar.
Fin de la primera entrega.
Próxima entrega de la traducción:
La lógica de la lucha desarmada (1)
Sobre la autora: Majken Jul Sørensen es profesora asociada de sociología en el Colegio Universitario de Ostfold, Noruega. La pregunta básica que subyace a toda la investigación de Majken es «cómo la gente cambia la sociedad». Su interés por los movimientos sociales noviolentos, la transformación de conflictos, así como el humor y el activismo político se ha centrado en gran medida en quienes participan en estos movimientos, en sus experiencias y la capacidad de personas y grupos para crear cambios desde abajo. La cuestión de cómo ocurre el cambio ha llevado a Majken a áreas de ciencia social como la teoría del movimiento social, estudios de resistencia y sociología del humor, el derecho, la historia y las emociones.
Así, Majken se doctoró en la Universidad de Wollongong, Australia, con su tesis «Humorous Political Stunts: Nonviolent Public Challenges to Power» sobre humor y activismo político. Majken posee un máster en estudios sobre paz y reconciliación por la Universidad de Coventry (Reino Unido) y una licenciatura en sociología por la Universidad de Tromsø (Noruega). Es autora de un libro en danés sobre la noviolencia y las alternativas a la guerra: «På barrikaderne for fred – inspirerende historier om ikkevold». También ha publicado artículos sobre el humor como estrategia de resistencia noviolenta, movimientos sociales, revoluciones no violentas y sociedades pacíficas. Junto con Ellen Elster, Majken editó Women Conscientious Objectors – An Anthology (Antología publicada en inglés por la Internacional de Resistentes a la guerra en 2010 y, un año después, en castellano, traducida por Michelle Renyé, y disponible aquí: Objetoras de conciencia. Antología) y también contribuyó con un capítulo. Majken ha participado en la Internacional de Resistentes a la Guerra durante varios años, y ha formado parte tanto del consejo como del comité ejecutivo.
Imagen destacada de la entrada: manifestantes corean «vete a casa» mientras caminan hacia vehículos militares rusos en retirada en una concentración en Kherson en marzo de 2022 [Reuters].
1. Felip Daza Sierra, Resistencia Civil Noviolenta ucraniana frente a la guerra. Análisis de tendencias, impactos y desafíos de la acción noviolenta en Ucrania (febrero – junio 2022). (Instituto Catalán Internacional para la Paz (ICIP), Instituto Internacional para la Acción Noviolenta (Novact), Universidad alemana Friedrich-Schiller-University Jena y ONG alemana de construcción de la paz Corridors – Dialogue through Cooperation, 2022).
2. Ibid.
3. Ibid.
4. Senthil Ram, «The Tibet Issue», 1987-1997: Internacionalización y movilización de medios (Universidad de Nehru de Jawaharlal, 2001).