Damos un paso más en la publicación de las reflexiones de la investigadora y profesora noruega Majken Jul Sørensen sobre las alternativas a la guerra de Ucrania. En esta ocasión continúa con la crítica a la realidad existente de la defensa armada en manos del ejército ucraniano con el apoyo de la OTAN y con nulas posibilidades de lograr una solución justa al conflicto. Esa alternativa militarizada trae consigo la destrucción y el sufrimiento para la población, y cuando el agotamiento lleve al final, el conflicto seguirá sin solución real, con unos cientos de miles de personas muertas más.
La autora sigue planteando la necesidad de una alternativa de defensa noviolenta protagonizada por el pueblo de Ucrania y de Rusia. No cree en la aceptación resignada de un nuevo orden injusto, sino que nos interpela con la necesidad de generar esa alternativa en la que el protagonismo no esté en manos de los estados y sus ejércitos sino de la gente. Sabe que puede resultar arriesgado, pero afirma que los resultados prácticos de lo que se está haciendo a día de hoy son esperables y dramáticamente conocidos. Decir esto, en el momento actual, supone una alternativa real a los discursos que se difunden por parte de Trump, Putin o la Unión Europea.
No cree en la aceptación resignada de un nuevo orden injusto, sino que nos interpela con la necesidad de generar esa alternativa en la que el protagonismo no esté en manos de los estados y sus ejércitos sino de la gente.
Es evidente que más gasto militar traerá más guerra y es evidente también que la crítica al gasto militar debe ir acompañada por una apuesta decidida por las alternativas de defensa popular y noviolenta que rompan el círculo vicioso de la guerra infinita a la que los estados nos condenan.
[El interés de la investigadora y profesora noruega Majken Jul Sørensen por los movimientos noviolentos y por la transformación de conflictos, y, por tanto, por temas como el pacifismo y el militarismo, se ha centrado en gran medida en quienes participan en esos movimientos, en sus experiencias y la capacidad de personas y grupos para crear cambios desde abajo.
En línea con nuestro interés en difundir la relevancia histórica del trabajo Porqué funciona la resistencia civil: la lógica estratégica del conflicto noviolento , de Chenoweth y Stephan, hemos decidido igualmente traducir y publicar el texto de la profesora y pacifista noruega Majken Jul Sørensen titulado El pacifismo hoy: un diálogo sobre alternativas a la guerra en Ucrania , en distintas entregas. A la primera entrega inicial de la traducción Diálogo: alternativas a la guerra en Uncrania se puede acudir para localizar enlazadas la totalidad de las entregas que, como ésta cuarta de ahora, estamos publicando.]
Panorama general: OTAN
El Escéptico: Usted acaba de decir que me olvido del panorama general cuando comparo a Rusia con un gran matón. Supongo que con «panorama general» se refiere a que es relevante hablar también de la OTAN?
Majken: Exactamente. En cualquier guerra, siempre hay que tener en cuenta una historia compleja.
y, en este caso, tenemos que pensar en el colapso de la Unión de la Unión Soviética como mínimo. En 1989, la Guerra Fría entre el Este y Oeste que había dominado las relaciones internacionales desde los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, terminó. Fue el resultado de los movimientos de poder popular en países de Europa del Este como Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Alemania del Este, donde masas desarmadas forzaron un cambio de régimen que ningún observador de estos países había previsto. Un factor importante de estos cambios fue la política de apertura iniciada por el líder de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov.
Esto significa que fue un líder soviético el responsable de la caída, no alguien de Occidente. Este momento de la la historia, la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, fue una oportunidad sin precedentes para la desescalada.
Durante la Guerra Fría, el bloque del Este tenía su propio equivalente a la OTAN, llamado Pacto de Varsovia, que también se disolvió en 1991. Hubiera sido sido el momento de disolver también la OTAN. Sin embargo, en lugar de hacerlo, las potencias occidentales buscaron nuevas formas de justificar la existencia de la OTAN, por por primera vez en guerras «fuera de la zona», primero contra Serbia en 1999, y más tarde con «misiones» en países como Irak, Afganistán y Libia, todas ellas con consecuencias desastrosas. Mientras Rusia estaba en su punto más débil, los países de la OTAN no rebajaron las tensiones, sino que Estados Unidos se convirtió en la única superpotencia, fuertemente apoyada por sus aliados de la OTAN.

La OTAN también comenzó a expandirse, con muchos nuevos Estados miembros de los países del antiguo Pacto de Varsovia, lo que Rusia había considerado su «esfera de influencia». Esta expansión fue una provocación innecesaria, y un factor importante en la guerra actual en Ucrania. No justifica en absoluto el ataque de Rusia, pero es una parte de la explicación que no podemos ignorar.
EL ESCÉPTICO: ¡Pero el ataque de Rusia a Ucrania demuestra exactamente lo contrario, que la OTAN es más necesaria que nunca para defender a los países occidentales de Rusia!
Majken: Rusia tiene una larga historia de comportamiento agresivo en Europa del Este. Lo reconozco plenamente, y comprendo que los países fronterizos con Rusia estén preocupados y quieran considerar la mejor manera de defenderse. Creo que su mejor opción es la defensa civil, en la que se preparan para la lucha desarmada. Esto podría muy bien ser algo que podrían hacer en una alianza con otros países europeos. Sin embargo, no creo que sea razonable hablar de la situación actual sin discutir cómo la OTAN puede haber contribuido a crear esta estado de cosas.
EL ESCÉPTICO: Me cuesta seguir tu lógica, Rusia no fue atacada, ¡lo fue Ucrania!
Majken: Absolutamente. Estamos completamente de acuerdo en que este brutal acto de agresión fue iniciado por Rusia, en violación del derecho internacional. Pero eso no excluye que el gobierno ruso se sintiera amenazado y provocado por décadas de expansión de la OTAN, que ahora estaba justo a las puertas de Rusia, con Ucrania queriendo entrar en la OTAN. Si se quiere entender la situación y encontrar vías para desescalar la violencia, es necesario reconocer cómo perciben la situación los demás, aunque a uno mismo sus reacciones le parezcan irracionales o paranoicas.
EL ESCÉPTICO: ¿Pero no es razonable que todos los estados tengan derecho a unirse a cualquier alianza o unión que deseen?
Majken: Puede que sea un principio razonable, pero eso no significa que sea sensato hacerlo. En este caso, tenemos a una antigua potencia mundial, Rusia, de rodillas a principios de la década de 1990 y con su orgullo gravemente herido. Rusia ha sido agresiva con muchos de sus vecinos, aunque el país también tiene un largo historial de amenazas por parte de Occidente. Esto se remonta al ataque de Suecia en 1708, al intento de invasión de Napoleón en 1812 y a la invasión de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial1 (30).
Esta expansión fue una provocación innecesaria, y un factor importante en la guerra actual en Ucrania. No justifica en absoluto el ataque de Rusia, pero es una parte de la explicación que no podemos ignorar.
Así pues, no es imposible comprender por qué los dirigentes rusos se sienten amenazados por la idea de que Ucrania entre en la OTAN. Si nos fijamos en cómo se libra la guerra hoy en día, la OTAN está muy implicada en ella. Aunque las tropas ucranianas combatan sobre el terreno, dependen totalmente de los suministros de armas que reciben de los miembros de la OTAN.
EL ESCÉPTICO: De acuerdo, tiene razón. Sin embargo, si usted rechaza la participación de la OTAN, el apoyo con armas, así como la resistencia armada ucraniana, ¿cómo va a terminar esto? Incluso si la población ucraniana siguiera su idea de confiar sólo en la resistencia no armada, ¿se enfrentarían a décadas de ocupación con una dura represión?
Majken: Tiene razón, podrían hacerlo. No hay garantía de nada. Sólo le digo lo que muestran los estudios y trato de explicar mi posición pacifista, que se deriva directamente de estos conocimientos. Sin embargo, podría hacerle la misma pregunta: ¿cómo va a acabar esto? ¿No nos enfrentamos a décadas de guerra? Incluso si Ucrania, con el apoyo de la OTAN, expulsara a las fuerzas rusas de Ucrania, las tensiones seguirían siendo elevadas en el futuro inmediato. Es probable que continúe la guerra de baja intensidad en las regiones fronterizas, como antes de la invasión rusa a gran escala. ¿Cuándo se sentiría segura la población ucraniana?
Creo que tenemos que pensar en quién tiene más posibilidades de desalojar a Putin del poder y cambiar la actitud de la población rusa ante lo que está ocurriendo en Ucrania. De momento, las fuerzas autoritarias de Rusia se están reforzando, y cuanto más dure la guerra, más hostilidad habrá entre Rusia y Ucrania en las próximas décadas.

Cómo derrocar a Putin
EL ESCÉPTICO: Acaba usted de plantear la interesante cuestión de quién es más indicado para derrocar a Putin. ¿Quién cree que podría hacerlo?
Majken: En mi opinión, el candidato más probable para derrocar a Putin y a su régimen es el pueblo ruso. Putin está aterrorizado de su propia población, y también vio lo que hicieron las llamadas revoluciones de colores en Serbia, Georgia y Ucrania a principios de la década de 20002 (31). Al igual que con la caída del Muro de Berlín, los movimientos de poder popular derrocaron regímenes autoritarios y consiguieron elecciones democráticas. En Serbia, los bombardeos de la OTAN no consiguió sacar del poder a Slobodan Milosevic en 1999, pero un año después la población serbia lo derrocó en una revolución desarmada. El régimen de Putin se ha esforzado por evitar que ocurra algo similar tanto en Rusia como en Bielorrusia.
De momento, las fuerzas autoritarias de Rusia se están reforzando, y cuanto más dure la guerra, más hostilidad habrá entre Rusia y Ucrania en las próximas décadas.
Cuando Rusia invadió Ucrania, la oposición política rusa y prácticamente todos los sectores politizados de la sociedad civil rusa habían sido desmantelados o forzados al exilio. Rusia nunca ha tenido una sociedad civil fuerte, y Putin y sus partidarios han sido extremadamente hábiles para burlar cualquier amenaza a su poder. Una herramienta especialmente poderosa ha sido la legislación que registra a organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación y particulares como «agentes extranjeros», aplastando así las críticas y la oposición de las organizaciones que trabajan en la protección de los derechos humanos. El término se introdujo por primera vez en 2012 y desde entonces se ha ido ampliando gradualmente para incluir a un número cada vez mayor personas y organizaciones, lo que ha llevado a un observador a describir la sociedad civil rusa como un «desierto civil».3 (32) Significa que el trabajo organizado en favor de los derechos humanos y la democracia ha desaparecido casi por completo.
EL ESCÉPTICO: No suena muy prometedor. ¿Cómo podría el pueblo ruso derrocar a Putin sin una sociedad civil organizada? ¿No es más probable que si Putin cae, sea mediante un golpe militar?
Majken: Es muy posible que eso ocurra, y un movimiento de poder popular ruso debe ser consciente de este riesgo y también tener en cuenta cómo respondería a un golpe militar. Aunque pueda parecer un alivio deshacerse de Putin como sea, los golpes militares se convierten fácilmente en dictaduras militares. Incluso si un ejército libra a un país de un líder autoritario, sigue siendo un ejército y siempre se rige por la lógica del militarismo y la violencia. También podría haber otras fuerzas autoritarias esperando entre bastidores en Rusia, deseosas de hacerse con el control.
EL ESCÉPTICO: Bien, sigamos adelante y escuchemos su opinión sobre el poder popular en Rusia, aunque debo decir que soy escéptico.
Majken: Yo también tengo mis dudas, y creo que llevará mucho tiempo construir un movimiento verdaderamente democrático. Hace falta mucho trabajo interno para fomentar un espíritu de tolerancia hacia las diferencias y de respeto de los derechos humanos, incluidos los de las minorías. Sin embargo, el poder popular ruso es la única opción viable que veo, y por supuesto sería más fácil para la sociedad rusa hacer este trabajo si la lucha en Ucrania se llevara a cabo con medios noviolentos. Como ya hemos dicho, en lo que respecta a la noviolencia, es una cuestión de estrategia a largo plazo, de entender qué tipo de juego de poder está teniendo lugar y de darse cuenta de quién está dispuesto a escuchar a quién.
En estos momentos, Putin es bastante popular entre un gran número de rusos y rusas de a pie. Le consideran un líder fuerte que defiende importantes valores conservadores y creen que devolverá a Rusia su antigua gloria. Se tragan su propaganda de que el ataque de Rusia a Ucrania es una «operación militar limitada» para deshacerse de los nazis y que Rusia está amenazada.

Grafiti en Moscú de une artista llamade Zoom que reza:
«Nos arrastras al infierno».
(Descargado por la autora para la versión en PDF de su trabajo desde Instagram/@zoomstreetart)
En mi opinión, lo más probable es que la ciudadanía rusa de a pie se vuelva contra Putin si sus intereses económicos se ven amenazados, si los precios de los productos de primera necesidad suben demasiado como para mantener su nivel de vida actual con sus pensiones y salarios medios. La gente en Rusia no es diferente del resto de nosotros y nosotras; lo que les preocupa es poder pagar el alquiler, poner comida en la mesa, dormirse delante de la tele por la noche y hacer algo relajante o divertido el fin de semana. ¿En quién van a confiar para que les cuente la verdad sobre lo que ocurre en Ucrania?
La población rusa de a pie no confía en los líderes de la oposición que son fanáticos de la UE, ni en provocadores grupos de oposición que tanto nos gustan en Occidente, como Pussy Riot. La gente en Rusia puede escuchar a su sacerdote local o a su maestro de escuela, o al hijo de su vecino al que conocen desde que era niño. Es muy probable que se vea afectada por las historias que estos hijos les cuenten tras regresar a casa de la guerra en Ucrania. Por esta razón, la forma en que se libra la lucha en Ucrania es decisiva para lo que pueda ocurrir dentro de Rusia.
Es muy probable que se vea afectada por las historias que estos hijos les cuenten tras regresar a casa de la guerra en Ucrania. Por esta razón, la forma en que se libra la lucha en Ucrania es decisiva para lo que pueda ocurrir dentro de Rusia.
En el escenario que trato de ilustrar, tenemos una lucha desarmada contra una ocupación que tiene lugar en Ucrania, y las únicas balas disparadas son rusas. Si la sociedad ucraniana consiguiera mantener su disciplina noviolenta, sería difícil que el soldado ruso de a pie que participa en la imposición de una ocupación se sintiera personalmente amenazado. Los soldados se encontrarían con protestas pacíficas, con mucha falta de cooperación en forma de huelgas, padres y madres que se negarían a enviar a sus hijos e hijas a escuelas con planes de estudios rusos, etcétera. Es probable que al menos una parte de la población rusa de a pie se inquiete si se entera de una matanza en una manifestación pacífica en Ucrania por personas de su confianza.
EL ESCÉPTICO: ¡Pero el régimen ruso intentará encubrir tales hechos con la censura!
Majken: Por supuesto, pero ningún régimen ha conseguido jamás mantener una censura completa y total, a pesar de muchos intentos. Las historias se difundirán en las redes sociales, y los soldados que han participado en la ocupación acabarán regresando a casa y contarán a sus familias lo que han presenciado. Entonces es importante pensar qué historias contarán. ¿Se han encontrado con soldados ucranianos disparándoles con armas regaladas por los países de la OTAN, o contarán historias de una sociedad revoltosa que organiza protestas y no coopera?
EL ESCÉPTICO: ¿Pero qué pasa con las «fake news»?
Majken: La propaganda siempre ha existido en las guerras. ¿Recuerdas el ejemplo de la huelga de profesores noruegos con el que empezamos? Cuando los profesores y profesoras enviaron sus declaraciones individuales, afirmando que no se consideraban miembros de la nueva organización nazi de profesores porque iba en contra de su conciencia, ¿lo recuerda? Una de las primeras respuestas del Ministerio de Iglesia y Educación fue intentar engañar a la población noruega sobre lo que habían hecho los profesores, afirmando que habían querido dimitir, lo que nunca fue el caso. Con una censura estricta, los nazis parecían tener el control de la comunicación. Sin embargo, los periódicos clandestinos ilegales que se publicaban y distribuían en secreto daban una versión correcta de lo que había hecho el profesorado. La comunicación y la propaganda han dado un nuevo giro con las llamadas fake news que están tan bien hechas que es imposible detectar si son falsas o no. Por supuesto, es probable que los militares rusos produzcan noticias falsas, ¿y sobre qué producirán noticias falsas para socavar una lucha ucraniana desarmada?
EL ESCÉPTICO: ¿Tal vez sobre ataques armados contra tropas militares rusas?
Majken: Exactamente. Y eso también confirma mi argumento sobre por qué la disciplina noviolenta es tan importante. Cualquier ataque violento, incluso las noticias falsas sobre uno, se puede utilizar como excusa para justificar la violencia contra toda la resistencia noviolenta en Ucrania.
EL ESCÉPTICO: ¡Pero eso significaría que estaríamos destinados a intentar una estrategia no violenta!
Majken: Como ya he dicho, la propaganda siempre ha formado parte de la guerra y la ocupación, no es nada nuevo que la fiabilidad de las noticias depende de en quién confías para que te dé información correcta. Las fake news podrían significar que, en el futuro, es probable que la gente tenga menos fe en la documentación fotográfica y fílmica. Potencialmente significa que los testigos oculares adquieren más importancia, entonces tenemos que considerar en quién es probable que confíe la población rusa.
En relación con la disciplina noviolenta, significa que las personas líderes tendrán que ser muy explícitas sobre cómo el movimiento debe ser completamente noviolento. Cualquier persona que sugiera cambiar la estrategia noviolenta por la violencia deberá tener consideración de agente provocador colocado por las autoridades rusas. Por extensión, cualquier película o grabación de audio que muestre a alguien del movimiento abogando por la violencia sería necesariamente falsa.
EL ESCÉPTICO: Pero, la población rusa de a pie ¿cómo va a tener acceso a este tipo de información cuando hay tanta censura? Ya hemos hablado del miserable estado de la sociedad civil independiente rusa y de la falta de medios de comunicación independientes. ¿Quién se atreverá a difundirla cuando cualquier oposición se enfrenta a una represión tan dura y a ser estigmatizada como «agente extranjero»?
Majken: Aunque la parte politizada de la sociedad civil se haya marchado o se haya visto obligada a guardar silencio, Rusia sigue teniendo un legado de cultura opositora creativa que la sociedad rusa sí recuerda. Tiene académicas y profesorado bien formado, y aunque la sociedad civil no trabaja abiertamente en nada que se parezca a la política, la gente se reúne. Algunos de estos lugares de encuentro para la gente de a pie pueden convertirse potencialmente en redes de información para una oposición revitalizada. Creo que en el momento en que la resistencia ucraniana pasara a depender exclusivamente de medios noviolentos, cambiaría relativamente pronto la opinión de la población rusa de a pie. Algunas de las voces independientes que ahora callan volverán a hablar, o surgirán otras nuevas. Si el pueblo ucraniano se defendiera exclusivamente con medios noviolentos, el trabajo de la oposición rusa a la hora de abogar contra la agresión y la ocupación rusas sería mucho más fácil de lo que es ahora.
Gran parte de lo que harán en ese escenario será similar a lo que está haciendo la sociedad civil en Ucrania: documentar los abusos y la violencia de los soldados rusos contra esa sociedad civil, difundir información alternativa sobre la situación de los derechos humanos en Ucrania y mantener comunicaciones clandestinas sobre Ucrania y organizar huelgas y boicots dentro de Rusia en protesta por la guerra. Además, utilizar las redes existentes en las organizaciones de la sociedad civil, entre padres y madres, sindicatos, iglesias, vecinos vecinas, para comunicar lo que no forma parte de las noticias dominantes en Rusia.
Si el pueblo ucraniano se defendiera exclusivamente con medios noviolentos, el trabajo de la oposición rusa a la hora de abogar contra la agresión y la ocupación rusas sería mucho más fácil de lo que es ahora.
No me sorprendería que las mujeres rusas tomaran la iniciativa de organizarse contra la guerra en Ucrania, pues ya hay pequeños indicios de que se están organizando para traer a casa a sus maridos, hijos y hermanos4 (33). Durante la guerra de Chechenia en la década de 1990, cuando el ejército ruso cometía horribles atrocidades, las madres de los soldados se organizaron para protestar contra la guerra. Algunas de ellas incluso viajaron a Chechenia para intentar encontrar a sus hijos, y consiguieron traerlos de vuelta a casa. Las madres se dieron a conocer internacionalmente por su compromiso en favor de la paz, el respeto de los derechos humanos y la educación de los rusos sobre sus derechos en relación con los militares. También han sido víctimas del acoso de Putin a la sociedad civil, por lo que actualmente no tienen el estatus que tenían en la década de 1990. No obstante, se trata del tipo de organización que podría experimentar un fuerte resurgir si la resistencia ucraniana se basara únicamente en métodos no armados.5 (34)
Para entender el potencial de la oposición, es necesario comprender la complejidad de la sociedad rusa, que no es sólo una población sumisa como marionetas de Putin. Para ver a Putin apartado del poder, en Ucrania y en Occidente, quienes apoyan esa causa deben considerar cuidadosamente cuál es la mejor manera de apoyar a las fuerzas democráticas en Rusia. Boicotear todo lo ruso es lo más estúpido que podemos hacer. Más bien, tenemos que mantener y ampliar nuestras relaciones con la otra Rusia y preguntarles cómo podemos serles útiles. Tal vez no quieran que interfiramos en absoluto, porque el régimen de Putin utilizará cualquier tipo de ayuda financiera o apoyo moral para inculparles como agentes extranjeros. Como dije cuando discutimos la posibilidad de contar con guardaespaldas desarmados del extranjero, esta vez desde Occidente no estamos en condiciones de desempeñar un papel que sí podemos desempeñar en otros casos.
Imagen destacada de la entrada: protesta antimilitarista en Alemania con motivo de la cumbre que la OTAN celebró en 2009, para pedir su disolución coincidiendo con su 60 aniversario. La organización militar realizó reuniones en Estrasburgo (Francia) y Kehl (Alemania) y sufrió acciones de bloqueos de quienes protestaban. En la pancarta, escrita en inglés y alemán se puede leer: ¡Hagamos que el militarismo sea historia! ¡Contra el armamento interno y externo de la cumbre de la OTAN! ¡Por un mundo sin guerra y sin capitalismo! Foto: Nodo50
- Alexander Hill, “Deep-Rooted Russian Fear of the West Has Fuelled Putin’s Invasion of Ukraine,” The Conversation. ↩︎
- Evgeny Finkel and Yitzhak M. Brudny, eds., Coloured Revolutions and Authoritarian Reactions (Oxon: Routledge, 2013); Andrew Wilson, Ukraine’s Orange Revolution (New Haven: Yale University Press, 2005). ↩︎
- Igor Gretskiy, “Is There Life in the Desert? Russian Civil Society after the Full-Scale Invasion of Ukraine,” (Tallinn, Estonia: International Centre for Defence and Security, Mayo 2023). ↩︎
- Ver, por ejemplo, Pjotr Sauer, “‘We’re Tired of Being Good Girls’: Russia’s Military Wives and Mothers Protest against Putin,” The Guardian, 25 de Diciembre de 2023. ↩︎
- Benoît Vitkine, “The Committee of Soldiers’ Mothers of Russia Resumes Its Fight,” 1 de Octubre de 2022 2022 ↩︎