Este lunes se ha conmemorado el aniversario de la caída del régimen de Asad. Como ocurre con tantas zonas del planeta inmersas en guerras, cuando el interés decae y se apagan los focos (incluidos los de los llamados medios alternativos), casi nadie vuelve la mirada en profundidad hacia quienes sufren sus consecuencias y el debate público se reduce una vez más, fundamentalmente, a análisis geoestratégicos. Aquí, sin embargo, nos sigue interesando, como siempre, la respuesta de la sociedad civil siria en cada etapa del conflicto.
Nuestra redacción mantiene un compromiso ético contra todas las guerras (con independencia de quién las impulse) y a favor de todas las gentes que emprenden revoluciones pacíficas, como la que surgió en Siria en 2011 y que, posteriormente, fue arrinconada, pero no destruida, por el recurso a las armas, la intervención militar y el ascenso, proliferación, e invasión de ejércitos que militarizaron Siria y la hundieron en la miseria y la violencia extrema de la mano de potencias extranjeras y del régimen sirio que buscaba con la guerra total su propia supervivencia….(en cursiva texto extraído de Informe sobre el movimiento noviolento sirio)
Para la mayoría de la población siria, el 8 de diciembre de 2024 fue un día inimaginable. Desde entonces, hemos escuchado una y otra vez la misma pregunta: ¿Hacia dónde se dirige Siria? Como ocurre ahora en Palestina, y pese a todo, la irrenunciable, imprescindible y vital supervivencia de la sociedad civil sigue siendo la única posibilidad de fortalecer las estrategias de noviolencia en territorios tan brutalmente castigados por genocidios.
Los textos y opiniones que siguen a continuación han sido recopilados por la asociación sirio-alemana Adopt a Revolution entre las entidades asociadas a esta iniciativa de solidaridad con la sociedad civil siria.
En palabras de la asociación :
Un año después, la respuesta es: Todo sigue siendo posible. El nuevo comienzo puede tener éxito o fracasar. El gobierno de transición afirma trabajar para estabilizar el país. Sin embargo, un año después de la revolución, Siria dista mucho de estar unida: persisten grupos armados, antiguas enemistades y asuntos sin resolver. Las masacres en la costa y en Suweida han reavivado el miedo; las tensiones sectarias y sociales están resurgiendo visiblemente.
¿Por qué seguimos celebrando hoy?
Y sin embargo: hoy, la gente llena las calles, bailando y cantando, riendo y celebrando. No celebran porque todo esté bien. Celebran porque han sobrevivido. Porque saben lo que ha costado llegar hasta aquí. Porque han recuperado lo que más les arrebataron: dignidad, libertad, esperanza.
Fortalecimiento de la sociedad civil siria
Tras años de violencia y opresión, Siria por fin ve la oportunidad de un nuevo comienzo democrático. Pero la democracia no cae del cielo: surge de quienes la construyen, la viven y la defienden. Para contribuir al éxito de esta transformación, Adopt a Revolution apoya proyectos emancipadores noviolentos en Siria y la diáspora siria desde 2012.

Tras 14 años de revolución siria y 54 años de régimen de terror, el régimen de Asad finalmente cayó el 8 de diciembre de 2024. Y estamos en pleno proceso. Adopt a Revolution apoya actualmente 15 iniciativas de la sociedad civil en casi todas las regiones de Siria. Los proyectos promueven los derechos humanos, impulsan los procesos de democratización, empoderan a las mujeres y facilitan el diálogo entre diferentes grupos sociales. También brindan ayuda humanitaria para aliviar el sufrimiento agudo.

Apoyar a nuestros socios con todas nuestras fuerzas ahora es fundamental, ya que la sociedad civil desempeña un papel crucial en la construcción de una Siria democrática.
El arte como indicador de libertad
Rezan Mesho, Qamishli

Rezan Mesho trabaja para la organización Malva en Qamishli, que refuerza la cohesión social a través del teatro interactivo, proyectos juveniles e iniciativas sobre derechos culturales.
Miro al futuro de Siria con gran incertidumbre. Como persona que trabaja en el ámbito cultural, me afecta especialmente lo que está sucediendo actualmente con el arte en Siria. La destrucción de estatuas, como las de la plaza Saadallah en Alepo, fue una señal impactante para mí y una expresión de un profundo rechazo al arte. Cuando luego se prohibió la pintura de desnudos en la Facultad de Bellas Artes de Damasco, quedó claro: el nuevo Estado no tiene cabida para la libertad artística. Pero sin arte, Siria pierde su alma y su futuro.
¿Por qué seguis celebrando hoy?
Hoy, mi esposa, mis hijos y yo recorreremos las calles celebrando la caída de lo que nunca imaginamos que sucedería. Mucha gente saldrá, pero aquí en el noreste de Siria, las celebraciones serán más pequeñas que en el interior.
Seguimos esperando un acuerdo con el que todo el mundo podamos conformarnos y que finalmente resuelva los problemas políticos, militares y económicos. Sin un acuerdo así, todo seguirá siendo frágil.
Diálogo en lugar de violencia
Huzeifa Al-Haram, Raqqa
Huzeifa Al-Haram trabaja desde 2017 en el Centro PÊL Civil Waves y ahora dirige la oficina en Raqqa. Está comprometida con la paz y la cohesión social e implementa proyectos para el empoderamiento de jóvenes y mujeres, la reintegración de mujeres que regresan del campamento de Al-Hol y la lucha contra el discurso de odio.

Todas tenemos un miedo justificado a una nueva guerra. Por eso apostamos específicamente por la creación de redes y el diálogo. A través de nuestro trabajo en el centro, veo que el encuentro puede marcar la diferencia. Cuando las personas hablan entre sí, se escuchan y construyen confianza, crece la esperanza. Para mí, estos proyectos son una prueba de que el entendimiento es la única manera de no volver a caer en la guerra.
¿Por qué seguis celebrando hoy?
La caída del régimen significó para mí un renacimiento: una nueva vida, nuevos sentimientos. Recuerdo la época del régimen cada día y la maldigo. Por eso celebro este día y demuestro mi alegría de todas las maneras posibles.
Al mismo tiempo, esperaba que ya hubiera habido más cambios: económicos, políticos y sociales. Pero, por desgracia, casi nada de eso ha sucedido hasta ahora. Por lo tanto, la revolución aún no ha terminado. Solo hemos dado el primer paso.
Miedo al colapso
Najla Temo, Qamishli

Najla Temo es una de las tres directoras del Centro de Mujeres Sawiska . Es originaria de Sere Kaniye/Ras al-Ain, de donde fue expulsada en 2019 por los ataques turcos.
Por desgracia, algunos de mis peores temores se han hecho realidad: las masacres en Suweida y en la costa, los recurrentes ataques contra el pueblo kurdo y el difícil retorno de las personas desplazadas internas de Sere Kaniye, Afrín y Tell Abyad. Temo que Siria vuelva a caer en la dictadura, la pobreza y el desplazamiento. No obstante, espero que el diálogo y el apoyo internacional puedan ayudar a evitar que Siria vuelva a colapsar.
La negación no tiene sentido
Anas Al-Rawi, Azaz/Deir ez-Zor
Anas Al-Rawi huyó de Deir ez-Zor en 2014 para escapar del autodenominado Estado Islámico. En Azaz, fundó el Centro Hooz , que reúne a personas desplazadas de diferentes regiones. Desde la caída del régimen, el equipo ha viajado por todo el país para romper prejuicios, desarrollar perspectivas comunes y fortalecer la voz política de la población.

En abril, mi principal temor era que Siria se sumiera en un conflicto sectario tras la revolución. Hoy, mi mayor preocupación es que estas divisiones se profundicen aún más. Muchos niegan el problema. Esta misma negación me preocupa más que el conflicto en sí.
Sin embargo, tengo esperanza. Veo una creciente conciencia, especialmente entre las personas jóvenes, que comprenden lo peligrosa que es la división. Veo que el nuevo proyecto de constitución establece por primera vez derechos a los que podemos recurrir. Y creo firmemente que las personas que lucharon por el derrocar al régimen no se darán por vencidas hasta que Siria sea más justa y libre.
¿Por qué seguis celebrando hoy?
Me hice una promesa: mientras viva, celebraré el 8 de diciembre. Para mí, este día sigue siendo un día de celebración, un día para recordar a quienes ya no están con nosotros y nosotras. A quienes dieron su vida para que pudiéramos estar aquí hoy. Derrocar a Asad fue solo una etapa de la revolución. Continuará hasta que Siria sea un país que pertenezca a todas las personas. Un país donde los derechos, la dignidad y la participación política sean para todo el mundo.
El poder necesita control
Mohammed Shakerdy, Atareb (Idlib)

Mohammed Shakerdy dirige el Centro Civil Atareb . En Idlib, ha trabajado durante años por una sociedad civil independiente en un entorno marcado por el control que ejercía la milicia islamista HTS y el actual presidente interino, Ahmed al-Sharaa.
Tras la caída del régimen, esperaba que las cosas finalmente cambiaran y que los nuevos gobernantes actuaran realmente en beneficio del pueblo. Sin embargo, hasta la fecha, muchas cosas siguen igual: el poder está centralizado, falta transparencia y la reconstrucción depende sobre todo del compromiso de la población, que, a pesar de la catastrófica situación económica, intenta tomar las riendas con sus limitados recursos.
Para mí, esto demuestra la importancia de una sociedad civil independiente. Es la única fuerza que exige transparencia, que hace visibles las necesidades de las personas y que mantiene abierta la vía hacia una Siria justa.
¿Por qué seguis celebrando hoy?
Hoy, toda las gentes sirias recordamos los últimos 14 años: lo exhaustas que estábamos, cuánto nos sacrificamos. Derrocamos a un régimen que había construido un enorme aparato de seguridad para reprimir a la sociedad.
No debemos olvidar a nuestras víctimas; debemos contárselo a a nuestros hijas e hijos y a nuestras nietas y nietos. Hoy pienso especialmente en mi difunto amigo Musab Arabi, el «artista de la revolución». Que Dios lo tenga en su gloria.
Asad ha caído. Pero los verdaderos objetivos de la revolución —libertad, dignidad, justicia y derechos civiles— aún están por delante. Estamos apenas al comienzo del verdadero viaje.
El poder de la sociedad civil
Huda Khaity, Idlib/Guta Oriental
Huda Khaity dirigía un centro para mujeres en Guta Oriental, una región controlada por la oposición y asediada por el régimen de Asad. Cuando el régimen tomó la región en 2018, fue expulsada a Idlib, controlada por el grupo islamista HTS, donde volvió a crear un centro para ofrecer formación y asesoramiento a las mujeres. Ahora, junto con su equipo, vuelve a estar activa en Guta Oriental.

A pesar de todos los conflictos, la violencia, la inestabilidad y la pobreza, creo en el poder de la sociedad civil siria. Es lo más hermoso que ha surgido de la revolución y desempeña un papel fundamental en la superación de las crisis. En todas partes, la gente se involucra, adquiere experiencia y genera cambios. Demuestran que el cambio es posible y que Siria puede renovarse por sus propios medios.
La libertad sigue siendo un sueño
Wajiha Talal Hajjar, Suweida

La abogada Wajiha Talal Hajjar lleva años luchando contra la opresión del régimen, arriesgándose constantemente a ser arrestada. En julio, presenció las masacres en Suweida y, junto con su organización Baladi, creó un centro de acogida en la ciudad para personas refugiadas de las aldeas circundantes destruidas.
Pensaba que el futuro de Siria sería maravilloso tras la caída de Asad. Creía que todo comienzo es hermoso, pero el mío se convirtió en una pesadilla. En Suweida, vi a sirios matar a sirios simplemente por pertenecer a una religión diferente. Asesinaron a amistades y familiares, quemaron nuestras casas. Siria solo existe en el mapa ahora; en realidad, está profundamente dividida. Si no se castiga a los perpetradores y no se trata con justicia a las víctimas, no habrá Siria en el futuro.
Alegría por la caída de Asad
Alaa Almerie, Grupo de Paz Civil Seen, Homs
¿Por qué seguis celebrando hoy?
Celebro hoy a pesar de todos los acontecimientos que siguieron a la caída del régimen. Esto no disminuye mi alegría por la caída de Asad. Pero no lo celebro en plazas públicas, sino con amistades con quienes he compartido dolor y esperanza. Estamos de acuerdo: la justicia es un derecho al que nunca debemos renunciar, sin importar quiénes sean las víctimas.
La juventud da esperanza
Marianna Karkoutly, Berlín
Mariana Karkoutly es cofundadora y directora del programa de investigación de Huquqyat , una organización de juristas sirias que aboga por la rendición de cuentas y el enjuiciamiento en Siria. Trabaja en la documentación de casos de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad y en su preparación para su enjuiciamiento.

Mi visión del gobierno interino se ha vuelto más sobria con el paso del tiempo. Esperaba mayor apertura, transparencia y valentía de afrontar el pasado, pero en cambio, veo que se repiten muchos viejos patrones. Al mismo tiempo, observo, especialmente entre las sirias y los sirios más jóvenes, que están reconsiderando lo que puede significar la justicia, más allá de las estructuras institucionales, hacia la sanación y el reconocimiento.
Sus perspectivas son refrescantes y me infunden esperanza. Este año se ha reforzado mi convicción de que un cambio de régimen, sin una verdadera transformación política y jurídica, seguirá siendo vacío. Sin embargo, creo en la lenta y persistente labor de construcción, en la que se están sentando las bases de una Siria diferente y más justa.
Enlaces a los artículos originales que se han intercalado para la redacción de esta entrada:
365 Tage nach der Stunde Null (https://adoptrevolution.org/365-tage-nach-der-stunde-null/)
Boletín de Adopt a Revolution del 8 de diciembre de 2025 (https://civicrm.adoptrevolution.org/civicrm/mailing/view?reset=1&id=90c718d36ac3f5ff)
Imagen destacada de este artículo: Aficionadas y aficionados sirios celebran la clasificación de su selección para los cuartos de final de la Copa Árabe en un café de Damasco el 7 de diciembre de 2025. (Crédito: Louai Béchara/AFP, publicada por L’Orient Today)
En vísperas del aniversario de la caída de Asad, los sirios y sirias también celebraron el domingo por la noche otro acontecimiento histórico: la primera clasificación de su selección nacional para los cuartos de final de la Copa Árabe, que se celebra actualmente en Qatar.
Numerosa gente aficionada se reunió en cafés y restaurantes de Damasco y otros lugares para apoyar a su equipo, que se clasificó gracias a un empate 0-0 contra Palestina en el Education City Stadium de Doha.
En el campo, los jugadores sirios y palestinos, que también se habían clasificado para la siguiente ronda, intercambiaron camisetas y celebraron juntos este logro delante de 40.000 espectadores.
Este resultado «significa mucho para la gente siria, ya que coincide con las celebraciones del Día de la Liberación», dijo el delantero sirio Mahmoud al-Mawass después del partido.
