[Hoy publicámos íntegramente el texto de nuestro compa José Ramón López Goni «Una respuesta desarmada»].
El anuncio del “hub” armamentístico proyectado en Aragón ha venido acompañado por declaraciones genéricas y rimbombantes. En primer lugar me sorprende la casi total ausencia de datos, siendo sustituido por aseveraciones categóricas sin base empírica alguna, empezando por la “defensa europea” como “disuasión frente a regímenes autocráticos o fundamentalistas”. En la década 2013-2023 hemos vendido armas a “democracias consolidadas y respetuosas con los derechos humanos” como Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Kazajstán, Omán o Turquía. Resulta difícil de defender que las armas nos disuaden cuando se las estamos vendiendo a estos gobiernos.

…hemos vendido armas a “democracias consolidadas y respetuosas con los derechos humanos” como Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Kazajstán, Omán o Turquía. Resulta difícil de defender que las armas nos disuaden cuando se las estamos vendiendo a estos gobiernos.

En cuanto a qué queremos defender conviene recordar que las amenazas reales a la población, tal y como viene reflejando FOESSA, son el riesgo de exclusión, la negación del derecho a un hogar digno, el deterioro de la sanidad universal, la degradación medioambiental … El último informe de la Asociación estatal de directoras y gerentes en servicios sociales ilustra la ineficiencia del sistema de apoyo a la dependencia en dos cifras: 270.325 personas en distintas fases de la lista de espera y el porcentaje de financiación de este sistema por parte del Gobierno de España, 28,6%, muy lejos del 50% acordado.

Por si fuera poco, la Estrategia de Seguridad Nacional nombra las amenazas a la seguridad, calificadas de “multidimensionales, cambiantes, difíciles de evaluar y de predecir”: el terrorismo, los flujos migratorios irregulares, las catástrofes, la inestabilidad económica y financiera, la vulnerabilidad energética, las ciberamenazas, el cambio climático, la pobreza, los desequilibrios demográficos o los extremismos ideológicos. Ninguna se puede abordar con Eurofighter o sistemas de armas y municiones para la infantería de producción local made in Instalaza.

Por si fuera poco, la Estrategia de Seguridad Nacional nombra las amenazas a la seguridad, calificadas de “multidimensionales, cambiantes, difíciles de evaluar y de predecir”… Ninguna se puede abordar con Eurofighter o sistemas de armas y municiones para la infantería de producción local made in Instalaza.

Esta Estrategia de supuesta “defensa” no se corresponde con los programas de armamento españoles en marcha desde hace 27 años. Adquirimos “armas de proyección”. En román paladino aquellas destinadas a agredir o invadir otros territorios. Tal vez este contraste llevó a afirmar al secretario de estado de ramo, en su comparecencia de 6 de octubre de 2011 ante la Comisión de Defensa del Congreso, que “no deberíamos haber adquirido sistemas que no vamos a usar, para escenarios de confrontación que no existen y con un dinero que no teníamos entonces ni ahora”. Pues lo seguimos pagando. En fin.

…este contraste llevó a afirmar al secretario de estado de ramo, en su comparecencia de 6 de octubre de 2011 ante la Comisión de Defensa del Congreso, que “no deberíamos haber adquirido sistemas que no vamos a usar, para escenarios de confrontación que no existen y con un dinero que no teníamos entonces ni ahora”. Pues lo seguimos pagando.

La eficacia de la inversión en el sector militar es cuestionable cuando menos por diversas razones. La primera hace referencia a la financiación de los programas españoles de armamento. El mecanismo es el siguiente: antes de su producción se conceden préstamos reembolsables para I+D a cero interés. Un convenio entre Industria y Defensa lleva a que el primero adelanta el dinero que las empresas devolverán a Defensa cuando ésta lleve a cabo el pago de las armas. En 2013 faltaban por retornar al Tesoro 15.000 millones de euros.  No sabemos cuándo se devolverán los 13.000 millones más aprobados en sucesivos acuerdos del Consejo de Ministros para el nuevo ciclo de rearme de 2024 a 2030. Crédito a cero interés y devolución infinita. ¿No es un trato de favor aparte de financiar sine die a empresas privadas a cargo de todas las personas contribuyentes?

Por otro lado, la opacidad empresarial, con la excusa de la “seguridad nacional”, hace sumamente difícil la obtención de datos sobre los desvíos presupuestarios. Algunos, no obstante,  no son demasiado halagüeños: el recién entregado primer submarino S80 iba a costar 1.800 millones por tres unidades. Ha subido a más de 4.000 millones solo para el primero. Además, nadie nos lo quiere comprar.

…el recién entregado primer submarino S80 iba a costar 1.800 millones por tres unidades. Ha subido a más de 4.000 millones solo para el primero. Además, nadie nos lo quiere comprar.

El presidente Zapatero encargó 27 aviones de transporte A400. Rajoy acordó que sólo necesitaba 14, con lo que España tuvo que decidir qué hacer con los 13 sobrantes … con dos particularidades. En 2019 el sobrecoste del programa era ya de más de 10.000 millones. Los comprados por España costaron 203 millones de euros por cada avión pero Airbus los vendía en 2022 (fecha de entrega de la última unidad al Ejército del Aire) a 136 millones la unidad. ¿Resultado? Pérdidas por, al menos, 910 millones de euros.

Los comprados por España costaron 203 millones de euros por cada avión pero Airbus los vendía en 2022 (fecha de entrega de la última unidad al Ejército del Aire) a 136 millones la unidad. ¿Resultado? Pérdidas por, al menos, 910 millones de euros.

Las guerras, imperialistas o no, se organizan por la competencia de recursos, tal y como reflejan  informes de las diversas agencias de Naciones Unidas, Amnistía Internacional, Centre Delàs o el SIPRI, no para defender derechos ni para preservar paces imperfectas. El agua y la tierra en Burma, Etiopía, Palestina, el Sahel, el petróleo en Iraq, los minerales “raros” y el oro en República Democrática del Congo o Sudán … Con armas que fabricamos en Europa (y en China, en EE.UU. y en Rusia) y les vendemos al mejor postor. Cultivamos la guerra y no la paz.

En esta tierra que es Aragón disponemos de numerosas y variadas fuentes de empleo y de riqueza (aeronaútica civil, agroganadería sin macrogranjas, economía social, educación, renovables sí pero no así, salud, servicios sociales …) que repercuten directamente en el bienestar de la población como para necesitar gasto (y presunto despilfarro) en un sector cuyo producto no se emplea (¿hay algo más inútil que una fábrica de materiales para ser almacenados en un rincón?) y que, en caso de uso, desgarra, hiere, mutila y mata. Si no, que le pregunten a Instalaza a qué países en guerra vendió sus bombas de racimo hasta su prohibición en 2008. Vale.


Imagen destacada de esta entrada: imagen de una acción de protesta de Mambrú – Antimilitaristas de Zaragoza en el campo de maniobras militares de San Gregorio en 2007.


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